Gracias, don Raúl
Usted está aquí
Gracias, don Raúl
A Raúl Vera López algunos lo tachan de radical, otros de liberal, unos más lo colocan a la izquierda del espectro ideológico y nunca falta quien levante las cejas ante la firmeza de sus mensajes. Don Raúl es la voz de los sin voz en un Coahuila gobernado por la soberbia de uno y el silencio de muchos. Es el Obispo de Saltillo.
He tenido pocas oportunidades de conocerle personalmente, pero suficientes para escuchar sus respuestas a las preguntas que le hice como creyente católico y, en su momento, como político coahuilense en activo. Más tarde me adentré en su pensamiento leyendo “El Evangelio Social del Obispo Raúl Vera, conversaciones con Bernardo Barranco”, y en este espacio que me brinda semanalmente VANGUARDIA, abordé el tema en octubre de 2014. No siempre he estado convencido de sus formas, pero en el fondo, me convenció con su propia voz y en su libro-entrevista.
Don Raúl es un católico radical, en el sentido de que va hasta la raíz del mensaje evangélico. ¿Acaso hay de otros? Ser católico, vivir y ejercer la fe de Jesucristo es una invitación a serlo. A veces pareciera contradictorio, amor y misericordia constantes, con una claridad sin componendas, absoluta y distintiva, que distingue el bien del mal.
Don Raúl se apuesta a fondo en la defensa de los más vulnerables, ya sea de los pobres y los trabajadores en general; o en particular, de los desaparecidos, los torturados, los perseguidos, los mineros, los migrantes, los pobladores de Noria de la Sabina, en General Cepeda y, en consecuencia, molesta a los poderosos que se benefician de su sometimiento y explotación. Ahí está don Raúl, siempre levantando la voz, como pastor de sus ovejas.
Hace unos días, las palabras de don Raúl Vera sacaron de sus casillas al Gobernador de Coahuila. A tal grado se molestó Rubén Moreira, que objetó las declaraciones de Vera y lo llamo mentiroso, se arrogó una autoridad religiosa y moral de la que carece, recordándole que “mentir es pecado”. ¿Qué tal? El gobernador Moreira pontificando acerca del pecado.
El Gobernador no pudo resistir el claro señalamiento del líder eclesiástico. Acostumbrado a que le teman dentro y fuera del Gobierno, acostumbrado a ignorar a una insignificante oposición político partidista domesticada, que sólo demuestra ineptitud. Moreira sabe que cuando necesite de algún “opositor”, bastará una llamada para que, temblando de nervios y emoción por su llamada, se alinee. No digo esto de oídas, nadie me cuenta, lo he visto, lo he vivido. En su momento, sus aproximaciones me daban risa y curiosidad antropológica. Quizá por eso disfruto ahora de la plenitud de la vida privada, por eso quizá se excluye a todo aquel que no se alinea a los deseos del “mandamás” coahuilense.
Gracias a su gallarda valentía, el Obispo de Saltillo se ha convertido en el líder de los coahuilenses libres. Un líder necesario frente a la ausencia de liderazgos.
Coahuila es rehén de unos políticos que anteponen el cálculo al ideal, que ponen sus intereses por encima de cualquier objetivo libertario y democrático, de políticos que caen redonditos ante el “aplausómetro” que alaga su vanidad, de políticos que creen saberlo todo al asumir un cargo, pero olvidan que siguen siendo los mismos humanos que han sido siempre: limitados, poco capaces.
Gracias a que la lucha de don Raúl no es para la elección que viene; sino para la vida eterna, que se gana con actos en esta vida, hoy don Raúl es nuestro líder moral por excelencia.
Gracias don Raúl, Coahuila lo necesita, no desfallezca nunca, su liderazgo es acicate e inspiración para este pueblo noble y para los muchos que comparten su ideal de una humanidad auténticamente libre de las muy diversas formas de esclavitud moderna. Gracias.
Twitter: @chuyramirezr
Facebook: Chuy Ramírez