Cuautla, Mor. ¿En qué se parecen los gatos a los gobernantes? En que los dos cubren sus porquerías con tierra, dijo Raúl Vera al visitar las dos fosas clandestinas de la comunidad de Tetelcingo, donde personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) inhumó de manera ilegal por lo menos 150 cuerpos.

El obispo de Saltillo, Coahuila, oró en memoria de las personas sepultadas en ese sitio, entre ellas Oliver Navarrete Hernández, cuyos restos fueron exhumados el 9 de diciembre de 2014 a partir de la lucha de su familia para localizarlo.

Vera emplazó al gobernador de Morelos, el perredista Graco Ramírez, a que si tiene poquita honestidad y no tuvo nada que ver se deslinde de los criminales que cometieron este delito de lesa humanidad.

Lamentó que su administración y el gobierno federal no hayan hecho nada para identificar los 149 cadáveres que se encuentran en las fosas, un mes después que la familia de Oliver Navarrete dio a conocer el hallazgo, y para saber si los occisos están entre los 27 mil desaparecidos en el país.

(Las autoridades) en lugar de llamar a las familias para que identifiquen y digan cómo desapareció su pariente, vienen aquí a enterrar su podredumbre, reprochó el prelado.

Advirtió que las fosas clandestinas sirven para mantener impunes a los criminales. Aquí están sus resultados, pueden seguir libremente; el gobierno los protege, tapa todo. Ese es el mensaje, sentenció.

Vera visitó las fosas acompañado por María Concepción y Amelia Hernández, madre y tía de Oliver Navarrete Hernández, quienes a principios de noviembre dieron a conocer la existencia de las fosas, después de que el joven fue secuestrado y asesinado. Personal de la fiscalía no les entregó los restos y meses después los envió por error a las fosas de Tetelcingo.

El obispo dijo a las mujeres que son muy valientes por haber denunciado la inhumación de 150 cuerpos en un sitio que no cumple los requisitos de panteón o fosa común. A la reunión también acudieron el dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia, y unas 10 familias de varios estados del país que buscan a personas desaparecidas.

La madre de Oliver exigió que se exhumen los cuerpos y se les hagan los estudios para identificarlos. Pidió a Graco Ramírez llamar a cuentas a los trabajadores de la fiscalía y dejar de encubrirlos.