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Glamour vuelve a Nueva York
NUEVA YORK.- La magia ha regresado al Madison Square Garden de Nueva York gracias a unos Knicks que ilusionan a su afición con regresar a los playoffs por primera vez desde el 2012, y Kristaps Porzingis lo sabe mejor que nadie.
Porzingis se sube a su Mercedes-Benz y enfila por Manhattan consciente del peso que lleva en sus hombros como el “unicornio” salvador que podría algún día llegar a entregarle a la Gran Manzana su primer desfile de campeones de la NBA desde 1972, pero él no se deja llevar por lo que depara el futuro.
El ala pivot proveniente de Letonia simplemente se dedica a disfrutar la electricidad que él siente cuando ingresa a uno de los pocos recintos verdaderamente sagrados del basquetbol mundial.
“Es lo mejor, no se compara a nada que yo jamás haya sentido antes en mi vida”, Porzingis le dijo.
Este es el joven de 21 años al que se le erizan los pelos cada vez que juega de local. Luego él utiliza esa adrenalina y se despacha con 22 puntos y ocho rebotes frente a su gente para derrotar a los Pacers de Indiana como el martes pasado o con 31 y 9 como el 22 de noviembre ante los Trail Blazers de Portland.
Para Porzingis el partido no solo se juega cinco contra cinco dentro de la cancha, sino que la gente es el sexto integrante del equipo que los impulsa a querer brillar.
“El público se vuelve loco cuando hacemos una gran jugada y nosotros simplemente lo disfrutamos, nos ayuda a divertirnos. Uno puede sentir la energía que (la gente) apenas entras a la cancha”.
Es que en verdad es así. El Madison Square Garden guarda recuerdos e historias memorables en cada recoveco de una estructura renovada que a la misma vez preserva su historia y le permite a la gente sentirse cerca de la acción. Es el MSG de Spike Lee provocando a Reggie Miller, de Patrick Ewing y sus volcadas resonantes y el corazón de una ciudad que late al compás de lo que ocurre dentro de él.
“Creo que la energía que se genera dentro del estadio te motiva”, opinó Carmelo Anthony en declaraciones al diario Newsday. La máxima figura de los Knicks y jugador estrella de la franquicia desde que él llegó proveniente de Denver se ha reencontrado con su propio fuego sagrado gracias al empuje de la gente.
Es por eso que la Gran Manzana parece haberse despertado de su letargo ahora que los Knicks han ganado 10 de sus primeros 14 compromisos en casa esta temporada. En comparación, la campaña pasada los había visto contar con una marca de 18-23 en casa incluyendo cuatro derrotas al hilo para arrancarla con el pie izquierdo.
Hay algo distinto alrededor del Jardín, un aroma a felicidad que hasta aquellos que llegan de visita saben distinguir.
“Siempre es especial jugar en el Madison Square Garden. Es la meca del basquetbol. Tantas personas talentosas han pasado por aquí, algunas que no tienen nada que ver con el basquet. El poder desplegar mi talento aquí siempre es divertido”, opinó LeBron James.
LeBron y sus Cavaliers fueron uno de los cuatro equipos que han podido derrotar a los Knicks esta temporada, y la suya fue una verdadera paliza por 126-94.
Sin embargo, el ambiente en el MSG era eléctrico, más allá del resultado. Los Knicks han vuelto a ser un gran evento cuando juegan en casa.
En aquel partido estaban todas las celebridades que llegan cuando quieren ser asociadas a un ganador, desde el comediante Jimmy Fallon y estrellas de futbol americano Odell Beckham Jr. y Víctor Cruz hasta habitués que están en su butaca en todo momento como Spike Lee. Cee Lo Green ofreció un concierto en pleno entretiempo.
Poco a poco la gente está llegando a la meca del basquetbol para ver a los Knicks, no a la estrella rival de turno. Cuando se planta la semilla de la ilusión en una ciudad como Nueva York, lo último que se pierde es la esperanza.