La Justicia zanjó hoy la guerra librada en Alemania entre las dos principales fabricantes de maquinillas de afeitar al prohibir en segunda instancia a Wilkinson fabricar cuchillas de bajo precio que podían utilizarse como recambios en afeitadoras de su competidora Gillette.

Mediante la fabricación de estas cuchillas baratas, Wilkinson violó una patente que tiene Gillette sobre la parte de la maquinilla que conecta el mango con el cabezal, argumentó el Tribunal Superior de Düsseldorf en su fallo emitido hoy.

Wilkinson y su empresa matriz Edgewell sacaron al mercado a principios de 2017 unas cuchillas que encajaban a la perfección en las maquinillas de afeitar de la competencia. Las hojas se vendían en varias cadenas de droguerías de Alemania como marca blanca y a un precio un 30 por ciento inferior al de las originales.

Gillette, que hasta ese momento tenía el monopolio de las cuchillas de recambio, presentó un recurso de urgencia contra su competidor. Durante el proceso, Wilkinson alegó en su defensa que la patente de Gillette carecía de valor dado que la mecánica descrita en 1998, cuando se concedió la patente a la empresa, ya no era realmente nueva.

Este argumento, no obstante, no convenció a la Justicia alemana que ya en julio del año pasado dictó en primera instancia un procedimiento de urgencia por el que prohibía a Wilkinson seguir fabricando los recambios y le obligaba además a entregar su stock de hojas de afeitado a un procurador judicial hasta que se determinase si éstas deberían ser finalmente destruidas.

Ahora, en segunda instancia, la sentencia ha sido confirmada.

A pesar de la derrota judicial, Wilkinson podrá volver a producir estas cuchillas a partir del mes que viene, momento en que caduca la citada patente propiedad de Gillette.