Es bien sabida la faceta de ermitaño del ilustrador conocido como Geroca. Renuente a presentarse en público o  dar entrevistas, este artista, como es descrito en el cortometraje del Cerdo de Babel, “Diario y rutina de un monero de cantina”, gusta de ver sin ser visto. Sergio Castillo, gerente de la taberna, y otros allegados aseguran que así es, que no hay presunción detrás de esta actitud. La timidez es parte de su naturaleza.

Por ello, es que conocerle y hablar de su obra sólo se logra a través de quienes tienen la fortuna de considerarse sus amigos. El mismo Castillo es uno de ellos y habló con nosotros sobre la nueva serie, que consta de 38 piezas y al igual que las series de años pasados, coloca a la capital del estado en un contexto diferente, en esta ocasión haciendo de ella un paraíso.

Entusiasmado por la obra misma, nos explicó la diferencia técnica que hay en estas nuevas piezas. “Los temas son los mismos”, dice  “son mujeres desnudas, sátira y gatos, muchos gatos”. Mas en algunas de ellas, las de formato más grande específicamente, Geroca se alejó de sus técnicas pasadas para adoptar el puntillismo, creando obras que podrían ser clasificadas como impresionistas.

Castillo también resaltó la variedad de formatos que hay, lo que permitirá que algunas de las pinturas tengan precios más accesibles y puedan ser adquiridas por un público más amplio. Están las de gran formato, por ejemplo, la principal, que es un primer cuadro de la ciudad, sin sus emblemáticos edificios para darle este tono virginal del paraíso, y que mide casi el metro y medio de largo y ancho. Pero también hay pequeñas pinturas de 30 x 30 cm.

Esta exposición representa el fin del trabajo anual del artista. A partir de la entrega de las piezas este año a los organizadores, él comienza a trabajar en lo que será presentado a finales del siguiente.

La inauguración será hoy jueves 1 de diciembre a las 21:00 horas. Y estará montada hasta  enero. Sergio Castillo invita a la comunidad saltillense a visitar la exposición y, si alguna de las piezas resulta de su agrado, adquirirlas, apoyando con ello al artista.