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Gato Araiza, dedicado a las pistas: ‘Hasta que me alcance la vida’
Cuarenta y cuatro años como deportista y 20 como entrenador son los que respaldan la trayectoria de una figura tan conocida y apreciada en Saltillo como lo es el “Gato Araiza”, atleta que ha sido maestro de una inmensa cantidad corredores locales, nacionales y hasta internacionales.
“Infinidad de gente he tenido aquí en la escuela, ya ni siquiera llevo la cuenta. Muchos después siguen su camino y compiten o entrenan en otro lugar, pero mientras están aquí yo busco que se queden con algo bueno. Aquí intentamos ser más que un club, una familia”, confiesa José Luis Araiza.
La familia deportiva del Gato es además de muy extensa y variada, pues entre sus más de 150 pupilos hay personas de todas las edades, géneros y profesiones, desde amas de casa hasta atletas de alto rendimiento, todos unidos por el amor al deporte.
“Bendito Dios tenemos trabajo para todo tipo de eventos, desde un 5, un 10, hasta maratones y 21K, también algunos cuantos para carreras ultras. Tengo desde atletas dedicados 100 por ciento al deporte, hasta amas de casa que vienen a entrenar y el resto del día continúan sus labores de casa y como mamás, profesionistas, estudiantes y demás”, menciona el entrenador.
Cientos de personas han pasado por la pista del Estadio Olímpico llevándose crecimiento en el aspecto deportivo, pero principalmente crecimiento personal y un montón de amigos para las buenas y malas.
Para el entrenador, este equipo ha sido una familia y un sustento indispensable para las situaciones de más pesar que ha tenido que vivir, como la pérdida de su esposa.
“Nunca me pasó por la cabeza renunciar al equipo, esto es para mí mucho más que un trabajo, es un impulso para mí ser parte de los logros de cada uno de mis alumnos. Cuando murió mi esposa a los dos días ya estaba aquí, porque ellos me trajeron”, declara el Gato.
Con toda una vida en el deporte, el Gato Araiza asegura que las pistas son su vida y su club es una familia para él y por lo tanto no abandonaría nunca este trabajo que le ha permitido vivir de lo que ama.
“Este es un proyecto que yo pienso seguir hasta que la gente diga que ya no, o en su caso hasta que se me acabe la vida. Yo estoy aquí truene, llueva o relampaguee aquí me van a encontrar, tendría que pasar algo grande y fuerte para que yo decidiera dejar esta familia”, declara Araiza. “Esta es mi vida”, dice.
EL MILAGRO DE LA FAMILIA
No se puede negar que además de un club deportivo, la academia se ha caracterizado a lo largo de los años por ser un grupo unido, una familia.
Patricia López es una integrante de esta extensa familia, que tiene más de 5 años perteneciendo al grupo. Un día a Patricia la vida le dio un duro golpe, y conoció el verdadero valor y significado de lo que es la familia que fuera de los lazos de sangre, es otorgada por la vida misma.
“De un día para otro me diagnosticaron cáncer anaplástico de tiroides, un cáncer que la quimioterapia y la radioterapia no le hacen ni cosquillas, lo único que sigue es esperar el final e ir enfrentando lo que se vaya dando médicamente.
“Cuando me entero del diagnóstico digo, ‘pues no hay de otra, hay que enfrentarlo’, pero no contaba con que la gran familia que había hecho en el club se uniría en oración al enterarse de mi padecimiento.
“Fue tanta la unión y la oración que mi cuerpo terminó sanando, sin explicaciones médicas. El día de hoy hace 2 años que supe de mi padecimiento y estoy segura que es gracias a las oraciones y todo el apoyo que recibí de ellos, su presencia y el estar al pendiente de todo lo que necesitaba.
“Muchísima gente estuvo conmigo en los pies del hospital, acompañándome en los tratamientos, en las visitas al médico. Hasta los compañeros más nuevos que se iban integrando a esta gran familia y se enteraban de mi enfermedad se sumaron a mi apoyo.
“Es una gran familia que ha hecho milagros, ellos hicieron el milagro de mi sanación.”
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En esas distancias largas y entrenamientos en la montaña contemplando bellos amaneceres, con una tranquilidad y silencio que nos da una paz increíble, escuchando los cantos de los pájaros y sonidos que la naturaleza nos brinda y sintiendo el viento en nuestros rostros recorriendo kilómetros, ahí abrimos nuestros corazones y nuestras almas, y nos confiamos etapas de nuestras vidas que algunos de nosotros probablemente no hemos compartido con nadie, y esto hace que nos amemos, nos admiremos y apoyemos como una familia.
Mi agradecimiento y admiración al señor José Luis Araiza por ser cambiador de vidas, por hacer posible nuestros sueños realidad y gran líder de esta familia.
Gracias, gracias, gracias de todo corazón.
Delia Garay, Maestra de Primaria (63 años), 8 años en el club.
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Estoy orgullosa de pertenecer a una gran familia y feliz de compartir experiencias que nunca me imaginaba vivir, ya que en lo personal no me gustaba correr, ni por mi mente pasaba el poder hacerlo ya que llevaba una vida muy sedentaria e incluso enfermiza. Hoy doy Gracias a Dios porque a través de mi hermana Sonia Romo me llegó el mensaje de poder hacer algo en lo que me ayudara a reforzar mi cuerpo, mi mente y reconocer mis fortalezas como lo ha hecho el atletismo, hoy puedo platicar que he hecho dos maratones gracias al entrenamiento y al empuje de el coach y de los compañeros.
Gracias por este aprendizaje de vida y comparto un mensaje que digo: ‘Si tú quieres, puedes’, no hay límites, los límites los pones tú.
Ana Flor Romo, ama de casa (42 años), 3 años en el club.
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Para mi el pertenecer al Club Gato Araiza significa una huella imborrable porque marcaron mi vida para siempre. Desde que llegué fui bien recibido, han transformado mi forma de ver la vida, me enseñaron a ser un buen compañero de equipo a luchar y que el éxito no se consigue de la noche a la mañana, que hay que trabajar duro todos los días si quieres ver resultados positivos.
Hay personas que me ayudaron económicamente a salir adelante, pues fue en el club donde conseguí el empleo en el que actualmente laboro. También me volvieron una persona positiva y optimista a ver la vida con alegría.
Y estoy muy agradecido de ser alumno de Jose Luis Araiza, es un ejemplo a seguir para mí, sus consejos siempre los voy a tener presentes estoy en deuda con ellos.
Francisco Javier García, empleado (28 años), 2 años en el club.
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Estoy orgullosa de pertenecer a una gran familia y feliz de compartir experiencias que nunca me imaginaba vivir, ya que en lo personal no me gustaba correr, ni por mi mente pasaba el poder hacerlo ya que llevaba una vida muy sedentaria e incluso enfermiza. Hoy doy Gracias a Dios porque a través de mi hermana Sonia Romo me llegó el mensaje de poder hacer algo en lo que me ayudara a reforzar mi cuerpo, mi mente y reconocer mis fortalezas como lo ha hecho el atletismo, hoy puedo platicar que he hecho dos maratones gracias al entrenamiento y al empuje de el coach y de los compañeros que con gran amistad me han apoyado.
Gracias por este aprendizaje de vida y comparto un mensaje que les digo a los compañeros y compañeras nuevos: ‘Si tú quieres, puedes’, no hay límites, los límites los pones tú.
Ana Flor Romo, ama de casa (42 años), 3 años en el club.
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Para mi el pertenecer al Club Gato Araiza significa una huella imborrable porque marcaron mi vida para siempre. Desde que llegué fui bien recibido, han transformado mi forma de ver la vida, me enseñaron a ser un buen compañero de equipo a luchar y que el éxito no se consigue de la noche a la mañana, que hay que trabajar duro todos los días si quieres ver resultados positivos.
Hay personas que me ayudaron económicamente a salir adelante, pues fue en el club donde conseguí el empleo en el que actualmente laboro. También me volvieron una persona positiva y optimista a ver la vida con alegría. Ya tiempo después con toda la disciplina que te forja este bonito deporte desaparecieron en mi las adicciones, los vicios, porque ya no te da tiempo de andar de vago ni con malas amistades.
Y estoy muy agradecido de ser alumno de Jose Luis Araiza, es un ejemplo a seguir para mí, sus consejos siempre los voy a tener presentes estoy en deuda con ellos y creo que la mejor forma de pagarles es siendo un buen atleta.
Francisco Javier García, empleado (28 años), 2 años en el club.