Torreón, Coahuila. -  El secretario de Salud en el Estado, Roberto Bernal Gómez, garantizó el abasto de medicamentos en los centros de salud y hospitales de Coahuila y aunque pudo haber una baja en algún momento por la alta demanda, actualmente el suministro es de alrededor del 70 por ciento, como pocas veces.

En este segundo semestre del año, será el gobierno federal el que surta el medicamento directamente a cada uno de los hospitales, cuando anteriormente se enviaban los recursos para su compra a la secretaría de Finanzas estatal que era la encargada del surtido.

Históricamente los estados que se ajustaban a las normas consolidadas, primero surtían a los “girantes”: el Seguro Social y el ISSSTE, y a los centros de salud pequeños los dejaban al último con medicinas próximas a caducar, precisó.

Hace unos meses en Coahuila se cerraron seis clínicas rurales, cuyos pacientes han sido absorbidos por la secretaría de Salud en el Estado, por lo que están solicitando un mayor presupuesto.

En los centros de salud del norte de Coahuila, dijo han proporcionado atención médica gratuita a más de 2 mil migrantes, proporcionándoles no solo medicamento, sino también alimentación.

“Estamos en contacto la secretaría de Salud federal, porque si vamos a atender a los migrantes, necesitamos mayores recursos, pero hay disposición y se están atendiendo, además de que se tienen brigadas permanentes en Ciudad Acuña y Piedras Negras”, apuntó.

El funcionario manifestó que se tiene la propuesta de que la federación se haga cargo del personal, de la distribución de medicamentos y de los hospitales; sin embargo, no se ha llegado a un acuerdo porque no es competencia del gobernador hacer eso, sino del Congreso del Estado.

Bernal Gómez reconoció que en todos los hospitales de Coahuila hay exceso de personal administrativo que puede ser recortado, ya que lo que faltan son médicos y enfermeras.

Por otra parte, el secretario de Salud, manifestó que la primera causa de muerte en Coahuila anteriormente era los problemas del corazón, por ello se tomaron medidas y se creó una ley para la prevención de infartos, que consiste en contar con desfibriladores en edificios con más de 500 trabajadores.