El presidente bielorruso Alexander Lukashenko, quien gobierna desde 1994, ganó las elecciones presidenciales con el 83.49 por ciento, informó la agencia de noticias oficial Belta hoy por la madrugada.

La participación fue del 86.75 por ciento y habían sido convocadas a votar casi siete millones de personas. En las últimas elecciones, en 2010, Lukashenko, de 61 años, había obtenido casi el 80 por ciento de los votos.

Lukashenko se disputó el domingo la presidencia con tres candidatos que se descontaba que no tendrían opción alguna de resultar elegidos.

Los aspirantes Serguei Gaydukevich y Nikolai Ulajovich son considerados leales al régimen, mientras que la dividida oposición bielorrusa se había nucleado en torno a Tatiana Korotkevich, la primera mujer que competía por la presidencia del país.

Este domingo varias decenas de personas se congregaron en la capital del país para manifestarse contra la votación.

Lukashenko votó en Minsk y volvió a rechazar planes de Moscú de instalar una base aérea en Bielorrusia. Dijo que conversará sobre el tema con el presidente ruso, Vladimir Putin, y subrayó los vínculos de unión entre su país y la gran nación vecina: "No sólo seguimos siendo una nación amiga de Rusia, sino que se trata de nuestra nación hermana", aseguró.

Lukashenko gobierna Bielorrusia desde 1994 con métodos autoritarios. En las últimas elecciones presidenciales de 2010, Minsk fue escenario de disturbios.

El mandatario ordenó la detención de cientos de adversarios y la Unión Europea y Estados Unidos impusieron sanciones.

Este año, como muestra de una situación más distendida a nivel político, la policía permitió la noche del sábado una manifestación de la oposición que no había sido aprobada.

Según la comisión electoral, la participación dos horas antes del cierre de los locales superaba el 80 por ciento, y ya un 40 por ciento de los habilitados había emitido su voto en días previos, un mecanismo que es señalado por voces críticas como particularmente vulnerable a fraudes.

La escritora Svetlana Alexievich, galardonada la semana pasada con el Premio Nobel de Literatura, consideró que su país está lejos de vivir en libertad democrática. "Para la libertad se necesitan personas libres. Y no existen", dijo Alexievich este sábado.