El pasado lunes, VANGUARDIA publicó que el consejero del Instituto Electoral de Coahuila (IEC), Juan Antonio Silva, en una sesión de dicho instituto cuestionó la calidad ética de la presidenta de un comité municipal del IEC, ante lo cual la presidenta Gabriela de León replicó al consejero Silva que se trataba de puros chismes y habladurías, mientras que el consejero Alejandro González agregó que eran “suposiciones peligrosas”, asunto que remató el patético secretario ejecutivo del IEC, Francisco Javier Torres, aduciendo el ya clásico estribillo de la violencia de género.

Habrá que entrevistar al consejero Silva para que nos explique esa calificación de chismoso y hablador y, lo más grave, que lo hayan nulificado en su calidad de árbitro. De igual forma indagar los antecedentes de la funcionaria cuestionada, pues existe el precedente de aberraciones del IEC, como ya sucedió en Parras de la Fuente, donde el Consejo de doña Gaby designó a puros militantes del PVEM en el comité municipal, partido que en ese tiempo gobernaba el municipio y donde hubo manipulación fraudulenta de urnas que dieron el triunfo al candidato del PVEM, Evaristo Madero Marcos.

También es necesario que el farsante consejero Alejandro González explique eso de las “suposiciones peligrosas” que le achaca al consejero Silva, porque lo peligroso se entiende como un posible atentado, como que van a rafaguear al IEC, como que la funcionaria cuestionada es recomendada de la mafia, de algún cártel de la delincuencia organizada. ¿De qué peligro se trata, don Alejandro?

Y no hay mucho que agregar de ese hombre cacaseno llamado Francisco Torres, quien ya ha sido acusado ante tribunales de acoso a la mujer, discriminación y violencia de género.

Y es que en el IEC hay mucho dinero de por medio, de nuestros impuestos, lo que es causa de las ambiciones desbordadas de sus consejeros que se han asignado sueldos superiores al del Presidente de la República.

¡Fuera ropa, hipócritas! Despójense de los ropajes de la simulación que ustedes acostumbran. Porque son tan cínicos que la ropa limpia se la ensucian ustedes mismos en su propia casa, el IEC.

¿Por qué los adjetivos de farsantes, patéticos, cínicos, cacasenos e hipócritas? Porque es una farsa dentro del instituto eso de la defensa de la mujer. Todos ellos (excepto el consejero Silva) incluyendo a la recién nombrada magistrada del tribunal electoral, Karla Verónica Félix, han sido acusados por una trabajadora del IEC de lo que tanto presumen combatir: violencia de género, discriminación, acoso, hostigamiento y persecución.

Denuncia que consta en el expediente TECZ-43/2019, documento que esperamos no desaparezca ahora que es magistrada una de las acusadas, Karla Verónica Félix, misma que firmó una carta abierta en contra del suscrito por, supuestamente, insultar a Gabriela de León.

Y claro está que nos gusta citar paradojas. Deslúmbrese usted con la primera sentencia de doña Karla en su labor jurisdiccional: la exoneración de Marcos Martínez Soriano como un inocente que es incapaz de ofender a una mujer. Y menos cuando se trata de una militante de Morena.

Todos estos personajes son el mejor ejemplo que existe del sebo y la sevicia, ¿a poco no?