La realidad de un proyecto debilitado por las malas decisiones de su directiva, las fallas de su técnico al mover ciertas piezas, y —sobre todo— la pobreza futbolística que por muchos momentos han mostrado sus jugadores, puede hacer que Guadalajara dé un nuevo golpe a su afición.

El partido de ayer por la noche ante el Monterrey, pendiente por solicitud de los dirigentes del Rebaño al tener seis seleccionados para el pasado Preolímpico de la Concacaf, les ha dado algo de colchón, pero también puede convertirse en un petardo que les explote en las manos. Las Chivas están a un punto de la zona de repechaje. Por ahora, ocupan el lugar 14, con 16 unidades, por debajo de Pumas (12) y Pachuca (13), con la gran oportunidad de rebasarlos si logran derrotar a unos Rayados que vienen de perder en casa ante los Tuzos y, aunque ya están clasificados a la fase final, se han convertido en un equipo inestable.

En el Guadalajara, todos aceptan culpas públicamente en conferencias, en las redes sociales, etc., pero no han transformado esos arrepentimientos y “deudas con la afición” en un futbol que le permita a sus seguidores ilusionarse antes que sufrir con los partidos.

El calendario que le queda a Chivas es complicado. Después de este duelo en Monterrey, irá al Jalisco para el clásico ante el Atlas, y cerrará en casa ante los Tigres. Incluso, si saliera del estadio de los Rayados con la derrota, no todo estaría perdido, ya que las cosas en la tabla se quedarían igual, debido a que se trata justo de un partido pendiente. Sin embargo, lo que espera la afición de las Chivas es un equipo capaz de reorganizar sus ideas y renacer rumbo a la repesca, con tres triunfos en fila. Sobre todo cuando en sus últimos dos compromisos estarán los Rojinegros —a los que les daría mucho gusto eliminarlos—.

La victoria sobre los Xolos, con todo y que los dejó con estas opciones en la tabla, no puede tomarse como parámetro de mejoría. Por eso es tan importante el pendiente ante los Rayados, por eso es que los seguidores del Guadalajara esperan que sus jugadores muestren compromiso y salgan a la cancha con su mejor futbol, lejos de grillas internas, de la presentación de sus sencillos como cantantes, de pensar a qué club de Europa se irán en el verano, y todas esas estupideces que los han alejado de lo que realmente debería ser su prioridad.

Anoche (y por los siguientes dos partidos), el club Guadalajara, su historia y su gente, necesitan más que nunca de sus futbolistas. La pregunta es si estos personajes estarán a la altura de las necesidades de una institución que no puede permitirse otro fracaso. La pregunta es si serán capaces de ser jugadores de élite y responder a las obligaciones que adquirieron al firmar un contrato con uno de los equipos más importantes del país.