La economía estadounidense sufrió una fuerte ralentización en el último trimestre del año, cuando el producto interno bruto (PIB) creció a una tasa anual del 0.7 por ciento, por debajo de lo previsto, informó hoy el Departamento de Comercio en Washington en una primera estimación.

El ritmo es considerablemente más lento que el 2.0 por ciento al que había crecido la economía estadounidense en el tercer trimestre del año. Los economistas habían previsto un crecimiento del 0.8 por ciento para el periodo octubre-diciembre.

Sin embargo, ya se apuntaba hacia una ralentización, ante la debilidad mostrada sobre todo por el sector de la industria.

La fortaleza del dólar, que encarece las exportaciones estadounidenses, la debilidad de los países emergentes y los problemas de extractoras de petróleo como Chevron frenaron el crecimiento.

La ralentización de la economía china está afectando a otros mercados y a los precios de los commodities, como el pretróleo, que continúa con su tendencia a la baja.

En el trimestre se ralentizó el consumo privado y cayeron las exportaciones, mientras las empresas redujeron su capital de inversión.

El dato está basado en cifras iniciales que serán revisadas el 26 de febrero.

En el conjunto de 2015 la economía estadounidense creció el 2.4 por ciento, igual que el año anterior, impulsada sobre todo por el consumo privado, que registró su mayor subida de los últimos diez años.

"La mayor economía del mundo está muy lejos de una dinámica de crecimiento", comentó el economista jefe del VP Bank, Thomas Gitzel. "Los estadounidenses se lo piensan mucho antes de gastar", aseguró Gitzel, y añadió que a las empresas les falta confianza para renovar sus infraestructuras.

Más optimistas son los analistas de la británica Capital Economics, que consideran que en vista de la fortaleza del mercado laboral y del consumo robusto no se espera un debilitamiento grave en Estados Unidos.

Las cifras de crecimiento en Estados Unidos se calculan en términos interanuales, es decir, muestran lo que crecería la economía durante todo el año de mantenerse el ritmo de un trimestre determinado. Por eso no son directamente comparables con los datos europeos, que se miden respecto al trimestre anterior y que son considerablemente más bajos.

Ante los signos de debilidad de la economía mundial, la Reserva Federal dejó el miércoles invariables sus tasas de interés entre el 0.25 y el 0.5 por ciento, tras subirlas el mes pasado después de pasar siete años en niveles cercanos a cero.