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Fue Octavio Paz 'un hombre enlace, puente
Hoy, a más de cien años de su nacimiento, 104 para ser exactos, recordamos a Octavio Paz. Un escritor complejo y prolífico que nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914.
Hombre peculiar, Paz fue un duro crítico de los regímenes socialistas, pero había en él una veta revolucionaria.
Octavio Paz lloró las tragedias del país y luchó por su transformación. Reprodujo en su prosa la esencia, historia y pluralidad de México. Los poemas del premio Nobel de literatura (1990), a más de cien años después de su nacimiento, siguen descubriendo las máscaras de nuestra identidad.
Pese al ánimo revolucionario que lo caracterizaba, cuando en 1994 surgió el movimiento zapatista en el país, tuvo una actitud ambivalente, como describió Enrique Krauze en una conferencia en el año del centenario de su nacimiento.
"Por un lado rechazaba un movimiento guerrillero que tenía una afiliación marxista pero por otro lado estaba esa nostalgia de su origen, de su juventud rebelde".
"Le perseguía el fantasma del padre, del revoltoso zapatista, y del rebelde abuelo, y él mismo, y todas esas erres de la revuelta y la rebelión y la revolución se revolvían dentro de su alma", añadió el también historiador.
El antropólogo Miguel León-Portilla considera que Octavio Paz, México no podía prescindir de su aspecto indígena, pues es parte de su misma esencia, de su cultura y de su actualidad.
"Gran parte de nuestra cultura como mexicanos contemporáneos tiene sus raíces en el pasado indígena, y eso lo percibió muy bien Octavio Paz", describe León-Portilla.
Por su parte, el periodista Héctor Aguilar Camín, considera que un hecho que marcó la vida de Octavio Paz fue la matanza estudiantil de 1968 "fue un terremoto moral y filosófico" y que llevó al poeta a renunciar a su puesto como embajador en la India.
"La matanza del 2 de octubre era tan real, demasiado tangible e inmediata para compartir con Paz una explicación ritual mítica de la matanza", considera.
En palabras de Elena Poniatowska
La también escritora, una vez entrevistada sobre su obra respecto a Octavio Paz, declinó decantarse por el Paz poeta o por el ensayista porque "los dos se complementan", y señaló que su obra cumbre es "El Laberinto de la Soledad" (1950), un análisis de México en que habla "de la chingada, nuestra madrecita que se entregó a Hernán Cortés", y de que "somos un pueblo inseguro y gritón".
Para Poniatowska, Paz "fue un hombre enlace, puente, que liga a los países entre sí", esto porque el autor de "Bajo Palabra", "se interesó muchísimo por Japón, tradujo y escribió él mismo haikús (poemas cortos de origen japonés)".
"También se interesó muchísimo por traer a México el surrealismo", aunque André Breton, uno de los más grandes exponentes de este movimiento, ya había estado más de tres meses en el país en 1938.
Octavio Paz obtuvo el premio Nobel de literatura en 1990 y eso posicionó al país y principalmente a la literatura nacional a nivel mundial. México le correspondió el amor que él siempre sintió por él, cada uno que lee sus narraciones, ensayos y poemas le rinde un homenaje a un hombre que vivió para las letras.
De su propia voz. ‘Unos lloran con lágrimas, otros con pensamientos’ Octavio Paz.