Frena la pandemia obras de restauración en el Istmo

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Frena la pandemia obras de restauración en el Istmo

Daños. Los edificios dañados hace ya tres años por el sismo aún están en labores de rescate, pero la contingencia ha hecho larga su espera. EL UNIVERSAL
El proyecto de reconstrucción del exconvento está a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia

JUCHITÁN DE ZARAGOZA.— Faltaban unos meses para que el patrimonio cultural del Istmo de Tehuantepec se pudiera mostrar al público luego de casi tres años de trabajos, pero el virus que amenaza al mundo frenó las primeras reaperturas, por ejemplo la del exconvento de Santo Domingo de Guzmán.

Santo Domingo Tehuantepec, la ciudad que comparte nombre con el complejo exconventual más importante de la región, es la que mayor avance tiene en la reconstrucción de sus iglesias, edificios históricos e inmuebles con valor patrimonial. Ejemplo de ello es el exconvento dominico del siglo XVI, cuya rehabilitación a tres años del terremoto está al 70%, por lo que se proyectaba que este 2020 se abriría al público la mitad del complejo. No sucedió.

De acuerdo con Luis Díaz Jiménez, director de Patrimonio Edificado del Ayuntamiento de Tehuantepec, fue la pandemia la que no lo permitió, y no sólo eso, también frenó las obras en el claustro, el templo de Santo Domingo, la capilla abierta, el patio atrial, el campanario y su anexo, que funciona como obispado.

“La pandemia también retrasó fechas, era de esperarse terminar al menos una etapa de la restauración, pero se detuvieron trabajos, está en promedio en un 70% de avance. En el exconvento lo más relevante de estos años es el descubrimiento de los frescos y pinturas en los confesionarios y el acceso principal, que estuvieron sellados por más de 200 años, así como los vestigios prehispánicos en el patio”.

El proyecto de reconstrucción del exconvento está a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Instituto del Patrimonio Cultural de Oaxaca (Inpac), y se realiza gracias a los recursos del seguro del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y de la Fundación Harp Helú. El presupuesto inicial es de 16 millones de pesos.

Además, se han atendido en tres años las 10 iglesias con daños severos.