¿Recuerdan la primera vez que sus esposos o el hombre a quien aman les dijo: “Te amo”? Seguramente fue como tocar el cielo con las manos. Todos esos días preguntándonos si él sentía lo mismo por nosotras, si se quedaría, si era amor o sólo una aventura, hasta que esas dos palabras mágicas acarician nuestros oídos de la manera más sublime e inimaginable y la Tierra se convierte en el cielo.

Las palabras son las herramientas más mágicas en una relación, y si las usas sabiamente, pueden hasta salvar tu vida de pareja. A diario y constantemente tengo en mi mente a mi familia, y pienso lo agradecida que estoy por lo que cada uno de ellos hace. Me imagino mi vida sin ellos, y la presión en el pecho a veces me hace saltar las lágrimas, sin embargo me di cuenta de que yo soy la única que lo sabe, por que no lo comparto a menudo.

Mi abuela decía que “sentir solamente no basta”, cuanta razón hay en esa verdad. La única cosa peor que la muerte es no haber aprovechado la oportunidad de decirle a alguien lo que sentimos, y darnos cuenta cuando ya es demasiado tarde. De acuerdo con los expertos, hay 8 frases que si las incluimos a diario, pueden rellenar el cimiento más fuerte para el matrimonio más feliz.

“Soy la persona más afortunada del mundo por tenerte”

Recuerdo haberme lastimado la mano derecha (soy diestra) en mi adolescencia y no haberla podido usar por una semana. Durante esos 7 días, lo único que podía hacer era pensar en la suerte que tenía de tener ambas manos, algo a lo que nunca antes le había prestado atención. En el matrimonio pasa igual, estamos tan acostumbrados a tener a la otra persona que nos olvidamos de lo afortunados que somos. Cada vez que alguien a quien amo me dice algo así, no sólo me siento más cerca de esa persona, sino que mi vida cobra más valor, y respirar se convierte en una bendición.

“Te deseo”

¡Nada mejor que esta frase! El tiempo nos pasa a todos y nuestros cuerpos lo demuestran. Salimos a la calle y hay miles de personas mucho más jóvenes que nosotros en cada rincón recordándonos a esa persona que éramos antes. Escuchar a tu esposo decir que te desea, te quita todos esos años de encima, y como por arte de magia, vuelves a sentirte irresistible.

“Soy todo/a oídos”

“Deja que tu pareja te cuente toda la historia: a todos nos gusta ser escuchados”, explica Karl Andrew Pillemer, sociólogo familiar. Decirle a tu pareja que “eres todo oídos”, no sólo lo hará sentir bien por que le estás ofreciendo toda tu atención indicando que te importa lo que le pase o lo que tiene para decirte, sino que tu cerebro acaba de escucharte decir que serás todo oídos, y eso es exactamente lo que va a hacer. Esta frase te ayudará como por arte de magia a prestar toda la atención que tu pareja se merece sin que te distraigas en la mitad.

“Tú tienes la razón”

Esta frase es la más poderosa del mundo, y millones de parejas juran que usarla es su secreto para un matrimonio exitoso. No importa lo ofuscada que sea la discusión, ni quien tiene o no tiene la razón, si uno de los dos dice “tienes razón”, el conflicto inmediatamente baja la intensidad. Decirle a alguien que tiene la razón aún cuando estemos convencidos de que no la tiene, requiere de amor verdadero.

La clave de usar esta frase no es la de darle la razón a la otra persona aunque no la tenga y terminar haciendo lo que ellos quieran, el secreto está en bajar la tensión de la discusión para ayudar a que el oxígeno entre. Cuando uno no tiene la razón interiormente lo sabe y discute sólo para convencer al otro y auto convencerse, cuando tú le das la razón, no tiene que defenderse más y entra en razones.

“Eres linda/guapo”

Trabajo con un equipo de mujeres, en su mayoría, y no pasa un día en la oficina en el que no escuche un cumplido entre ellas. La energía positiva que un cumplido genera en una persona no tiene precio. Ahora imagina lo que ese mismo cumplido puede producir en tu pareja. Decirle a tu pareja que te parece atractiva genera un sentimiento de seguridad y apego. Esta frase ayuda a la pareja a mantener la llama de la pasión encendida.

“Perdóname”

“Un matrimonio saludable es cuando dos personas imperfectas admiten y aceptan los errores que comenten”, dice Kurt Smith, terapista especializado en consejería de varones. Pedir disculpas con verdadera intención es uno de los mejores pegamentos que existen para parchar las ranuras que causan las heridas.

“Te perdono”

“¿Me perdonas, me perdonas?”, es algo que mi hija de 6 años dice a cada rato cuando le hace algo malo a su hermana de 10. Lo más llamativo es que le pregunta si la perdona con mucha insistencia y hace que su hermana repita su respuesta más de una vez, como si necesitara asegurarse de que en realidad su hermana la perdonó. Mi hija más grande es el mundo de la más pequeña, y aunque a veces la pelea, nada le duele más que el pensamiento de que su hermana vaya a dejar de quererla.

En el matrimonio es igual. Quizás tu pareja no te pregunte 5 veces seguidas si lo perdonaste, pero créeme que necesita escucharlo.

“No sé que haría sin ti”

Esta frase encierra a todas las demás. Tiene sólo 5 palabras, pero encierra un mundo de agradecimiento.