"Franciscus", un musical “con alma”

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"Franciscus", un musical “con alma”

En el musical "Franciscus" se entremezcla, en favor del mensaje, vídeos con otras técnicas audiovisuales para fortalecer su mensaje. Foto EFE/Cedida
Ocho siglos después de su muerte la escena rinde culto a San Francisco de Asís, con un musical al estilo que nace en Argentina.

El musical “Franciscus” se ha convertido en todo un fenómeno en el mundo del espectáculo en Argentina y tiene previsto seguir un largo periplo internacional. Tiene conmocionada a la sociedad de ese país por su grandiosidad en número de participantes, en medios técnicos y en variedad de formatos utilizados, con dos estrellas como Federico Salles y Florencia Otero en sus papeles principales, en una especie de Romeo y Julieta sin amor carnal.

Efe entrevista a su creador Alejandro Guillermo Roemmers , Presidente Honorario de la Asociación Americana de Poesía, nombrado también Miembro de Número del Real Instituto de Cultura de México y considerado  por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) como Embajador de las Letras Argentinas.

EFE: ¿Cuándo le surge la idea para conformar este musical?

Roemmers: Hace un par de años. De repente y durante un viaje a España. La figura de San Francisco había estado en mi vida desde siempre como ejemplo de amor y humildad, pero ayudó sin duda la afortunada y feliz coincidencia de que un Papa argentino tomara el nombre de Francisco. Él es el hombre santo en el que se ha inspirado para su pontificado llamando a la concordia y esto, también sumaba.

De hecho, si inicialmente pensé en arrancar con el musical en Europa  –profundicé en la idea del libreto y las escenas con Manuel Francisco Reina y Juan Estelrich-, finalmente lo descarté todo porque pensé que Franciscus debía nacer en Buenos Aires. De Argentina para el mundo siguiendo, de alguna manera, el camino natural que nos hemos propuesto para llegar a los grandes escenarios de Europa y EU.

MENSAJE DE AMOR, PAZ, FRATERNIDAD, COMPASIÓN Y HUMILDAD

EFE: Se ha dicho de este musical que es todo un himno al amor y a la esperanza, ¿qué opina usted, era esa su intención?.

Roemmers: Sí, sin duda. Así lo entienden los miles de espectadores que ya lo han visto en Buenos Aires. La figura de San Francisco de Asís se ha proyectado hasta nuestros tiempos como un mensaje de amor, paz, fraternidad, compasión y humildad y esos son los valores en los que intentamos poner el acento.

EFE: ¿Queda algún vestigio en el libreto de su faceta de poeta?

Roemmers:  Así como no puedo concebir una vida sin Dios, tampoco puedo concebirla sin poesía. Y cuando digo poesía no me estoy refiriendo al concepto acotado de escritura en verso, sino a una forma de vivir que trata de rescatar la belleza en todas las situaciones de la vida. Y nuevamente no me refiero a belleza en el sentido limitado de la estética agradable, sino en aquel sentido elevado donde la belleza se fusiona con la bondad, la rectitud, la nobleza de espíritu. De esta manera una vida vivida y sentida poéticamente, no es solo una vida que aprecia el arte y lo bello, sino un camino místico del alma hacia su esencia y su última Verdad.

EFE: La crítica ha valorado su original puesta en escena, ¿qué le parece?

Roemmers: Es cierto que la puesta en escena es deslumbrante. A algunos críticos les ha sorprendido –la mayoría la alaban, aunque algunos hablan de desmesura- el increíble despliegue que se ha hecho, pero nosotros apostamos por la mejor puesta en escena al servicio del mensaje. Y creo que no nos hemos equivocado, porque al final los únicos que te dan la respuesta correcta son los espectadores. Y en el caso de Franciscus, invariablemente, todas las personas que ven el musical salen conmovidas y maravilladas.

EFE: ¿Por qué cree que sucede?

Roemmers:  Llegar al corazón del espectador fue el objetivo y usamos todos  los medios y la tecnología que estaba a nuestro alcance. Y ese objetivo se ve ampliamente cumplido cuando uno pregunta a las personas que han visto la obra y que quieren volver a verla y la recomiendan.

Por eso diría que, más allá, de que la puesta en escena sea del gusto de la gran mayoría, de lo que no hay duda es de su efectividad. Y es que realmente emociona por su ritmo, su estética y su capacidad de sorprender al espectador, llevándolo de un drama en el presente -representado con un minimalismo en gris- a la colorida historia de las escenas de la vida de Giovanni Bernardone, luego San Francisco de Asís.

En el musical “Franciscus” se han reunido todas las artes y técnicas actuales y posibles. Foto EFE/Cedida

FRANCISCO, EL REY DE LA NOCHE EN ASÍS

EFE: ¿Cree que nos encontramos ante un tipo de musical “del siglo XXI” o “postmoderno” en el que cabe todo: música, cine, vídeo,  teatro, danza, poesía y circo?

Roemmers:  Como señalaba anteriormente, se han reunido todas las artes y técnicas actuales y posibles,  pero no como un mero alarde visual, estético o tecnológico, sino al servicio de que el mensaje transmitido impacte lo más certeramente posible en el corazón del espectador llevándolo, tal vez, a replantearse algún aspecto de su vida o incluso a hacer algún cambio.

No se trata de esos musicales que uno ve habitualmente donde la historia no tiene fuerza y resultan una sucesión de coreografías, músicas, vestuarios y escenografías. “Franciscus” es una obra de alto impacto, no sólo por el show, sino fundamentalmente por su contenido. No es "New Age" en el sentido que podría serlo un espectáculo de Las Vegas, sino que es diferente porque es una obra teatral/musical "con alma".

EFE: ¿Cómo fue la elaboración de la banda sonora original?

Roemmers:  Intenté imaginar una música que pudiera acompañar a las escenas que había escrito y que, en un comienzo, fueron más y todas referidas a la vida del santo que, en su adolescencia, fue considerado el rey de la noche de Asís, por su personalidad alegre y festiva, su afición al canto y el buen vestir y su generosidad con los amigos.

Comencé en el piano junto con mi profesor Diego Fiamingo y compusimos una serie de temas que considero muy hermosos pero que no se encuadraban del todo en el género del musical tipo Broadway. De ellos, finalmente, quedaron dos, apenas modificados en la obra final. El resto fue concebido por Federico Vilas que considero ha hecho un gran trabajo para lograr una música popular pero al mismo tiempo con carga emocional y  espiritualidad.

EFE: ¿Qué problemas clave se han resuelto para conseguir una producción con más de 130 personas en la que existen numerosos cambios de vestuario?

Roemmers:  En lo que hace a cuestiones técnicas de cambios de vestuarios –estamos hablando de hasta 600- proyecciones, escenografías, iluminación etc., el trabajo de Flavio Mendoza y su equipo ha sido increíble. Música, teatro, danza, cine, poesía y guiños al mayor espectáculo del mundo, el circo. Cincuenta y cinco artistas sobre el escenario… A esto se añade que ha debido invertirse mucho en la transformación del teatro.

Una escena de San Francisco de Asís con un grupo de pobres en la obra musical “Franciscus”. Foto EFE/Cedida

SALLES Y OTERO, PAREJA RELUMBRANTE

EFE: ¿Qué opinión tiene de los protagonistas, el multifacético Federico Salles y Florencia Otero?

Roemmers: Federico Salles y Florencia Otero se distinguieron desde un principio como pareja líder de la escena. Cuando los vi por primera vez ensayando supe que serían ellos, que nadie podría encarnar mejor a Cesco Bernardone y a Clara Favarone, una especie de Romeo y Julieta que deciden renunciar a su amor carnal para elevarlo a un plano místico y ponerlo al servicio de todos los hombres. Especialmente los más necesitados, como los leprosos y los mendigos. Cada noche ellos logran el milagro de hacernos revivir su valiente conversión.

EFE: ¿Qué aporta con su sabiduría la gran dama Norma Aleandro?

Roemmers: La gran dama de la escena argentina, por su trayectoria y prestigio reconocidos internacionalmente, nos ha permitido reunir el mejor elenco de actores y cantantes posible,  dándoles la unidad y tranquilidad necesarias durante el largo tiempo de ensayo y la confianza de que el resultado final sería digno del esfuerzo requerido.

EFE: Supongo que sigue compaginando su trabajo empresarial y la poesía. ¿A partir de este trabajo se va a volcar más en su faceta como escritor?

Roemmers: Es posible que el éxito de “Franciscus” me tiente a continuar en el género teatral que siempre me gustó. No lo sé. Dependerá de que surja un mensaje que valga la pena comunicar. Toda mi obra poética cobra sentido para mí, no tanto por la belleza formal con que destaca, sino fundamentalmente por la fuerza de su fe y esperanza.

Una imagen del musical “Franciscus” que se presenta en Buenos Aires sobre la vida de San Francisco de Asís, con un guiño al Papa Francisco. Foto EFE/Cedida

Igualmente mi obra en prosa "El regreso del joven príncipe" es una filosofía de vida y una concepción del mundo en miniatura y una forma de iniciar, casi sin apreciarlo, el camino espiritual hacia el fondo del ser y una nueva consciencia universal más amorosa.

EFE: Para finalizar, ¿cuál es el mensaje que quiere ofrecer con “Franciscus”?

Roemmers: La Revolución Francesa inició una nueva era de la humanidad con tres palabras: libertad, igualdad y fraternidad. Algunos países se han decantado más por la libertad de los liberalismos y economías de mercado y otros lo han hecho por la igualdad de los comunismos y socialismos. Algunos como la Argentina han estado variando entre uno y otro. Ha quedado sin probar con profundidad el camino  de la "fraternidad". Es el que propone la cruzada Franciscana que no discrimina entre credos y creyentes o no creyentes.

EFE: Pero San Francisco era cristiano...

Roemmers: Es cierto que lo inspira el ejemplo y el amor de Jesús, pero se extiende a todas las personas y, aún más, a todos los seres vivientes e incluso a sustancias como el agua, fenómenos como el viento, astros como el sol, planetas como la tierra y realidades como la muerte. Nada queda afuera de ese amor que todo lo incluye haciéndonos parte de ese todo como una unidad.  

EFE: ¿Cómo lo concretaría?

Roemmers: Este es el mensaje: todos somos hermanos, porque tenemos un origen común, un cosmos que nos cobija y ampara y un destino común. Si además pudiéramos lograr tener fe, entonces esa esperanza nos permitirá perder el miedo a la muerte y, a pesar de todo, ser felices, amando y dando servicio a nuestros hermanos.

RECUADRO:

UN AVE MARÍA ORIGINAL, Y EN ESPAÑOL

Uno de los momentos mágicos del musical es la interpretación de una Salve que el autor nos cuenta su génesis:.

“Yo pensaba tomar la música de algún bello AVE María de otro tiempo procurando que no fuera de los más conocidos. Fue entonces cuando Diego Fiamingo me preguntó: ¿y si compusimos la música de las otras escenas, por qué no de ésta?  Y así comencé a dejarme llevar por su primer acorde eligiendo las notas que parecía que ya estuvieran ahí.

Quise que fuera en español porque no conozco exactamente el texto en latín y no quería distraerme ni interrumpir lo que estábamos componiendo, así que lo fuimos cantando mentalmente por falta de voz en castellano y en menos de una hora estaba listo.

Entonces, llamé a una soprano amiga muy reconocida, Haydeé Dabusti, para que viniera desde Buenos Aires a mi casa de Punta del Este, en Uruguay, y pudimos escucharlo por primera vez. Todos nos quedamos emocionados y con la piel erizada. Era posible cantarlo y era uno de los más hermosos cantos a la Virgen que jamás había escuchado. Aún hoy me resulta el momento más emotivo de la obra”.

DESTACADOS:

+++ En la obra se realizan hasta 600 cambios de vestuario entre los más de 130 participantes, entre los que destacan los protagonistas: Federico Salles y Florencia Otero, en un espectáculo en el que se dan la mano música, teatro, danza, cine, poesía y guiños al mayor espectáculo del mundo, el circo.

+++ “Inicialmente pensé en arrancar con el musical en Europa, finalmente lo descarté porque pensé que `Franciscus´ debía nacer en Buenos Aires. De Argentina para el mundo”, comenta Roemmers.

+++ “La gran dama de la escena argentina, Norma Aleandro, nos ha permitido reunir el mejor elenco de actores y cantantes posible, dándoles la unidad y tranquilidad necesarias durante el largo tiempo de ensayo y la confianza de que el resultado final sería digno del esfuerzo requerido”, agrega el escritor.

Por Antonio Dopacio/EFE-Reportajes