Olivier Giroud desafió a los escépticos con goles y soluciones para convencer a Francia de que es el delantero que casi nadie imaginaba en el país.

Todo cambió para la anfitriona dentro de una Eurocopa que comenzó con múltiples dudas y debates abiertos. Ahora, mientras espera a Alemania en la semifinal del jueves, todo es lo más parecido a un paraíso, y Giroud personifica como ninguno todo este cúmulo de sensaciones.

El delantero del Arsenal vivió siempre a la sombra de Karim Benzema en su selección, pero la exclusión del punta del Real Madrid de la convocatoria por su escándalo judicial a raíz de unas grabaciones de contenido sexual le abrió una puerta. El resto lo hizo el propio Giroud, de 29 años, con sus actuaciones.

"Desde mi punto de vista, estoy satisfecho, nada más que eso. Estoy contento por el equipo, mi familia y los aficionados franceses", declaró tras sus dos goles en el triunfo de su equipo por 5-2 ante Islandia en los cuartos de final de la Eurocopa.

Francia jugará el jueves la segunda semifinal del torneo ante un rival, Alemania, al que el seleccionador Didier Dechamps calificó como "el mejor equipo del mundo". Y, sin duda, el papel de Giroud será clave.

El delantero fue abucheado por su propia hinchada en los amistosos anteriores a la Eurocopa. Sin embargo, Deschamps mantuvo la confianza en él como titular para formar pareja atacante junto a Antoine Griezmann, otra de las estrellas del torneo. Giroud asumió tal condición como un reto y lo está sacando adelante.

Marcó el primer gol del torneo en el partido inaugural ante Rumanía y ahí comenzó a despejar dudas. Luego llegó la confirmación con su perfecta mezcla con Griezmann, al que ayuda constantemente con sus 1,93 metros, bajando pelotas y prologando de cabeza. Y el encuentro ante Islandia fue el de la consolidación.

"Tenemos la suerte de jugar un campeonato de Europa en semifinales con el apoyo de nuestra afición. Estoy muy orgulloso de lo que estamos logrando y espero que logremos la victoria", explicó el jugador.

El contraste lo está ofreciendo Thomas Müller en Alemania. Llegó como un fijo en la delantera para su entrenador, Joachim Löw, pero todavía no marcó un solo gol en la Eurocopa. Ni siquiera pudo hacerlo en la tanda de penales en cuartos ante Italia.

"No voy a tirarlos en las próximas dos semanas. Voy a dar un paso atrás y dejar que otros los tiren. Si un partido se va a la tanda de nuevo y necesitamos a alguien, voy a estar disponible. Pero por mí mismo no lo voy a pedir", explicó Müller.

Durante esta temporada, el delantero alemán está encontrando su particular pesadilla con los penales, pues ya erró uno decisivo en las semifinales de la Liga de Campeones con el Bayern Múnich ante el Atlético de Madrid, finalista entre otras cosas gracias a ese lanzamiento errado.

Alemania está en problemas para afrontar las semifinales porque tiene al central Mats Hummels sancionado y las lesiones de Mario Gómez y Sami Khedira. Por su parte, Bastian Schweinsteiger será duda hasta última hora. "Vamos a tener que encontrar soluciones", dijo Löw.

Hummels, Khedira y Schweinsteiger cumplieron papeles relevantes dentro del sistema defensivo de una Alemania que sólo recibió un gol en el torneo, que fue el partido de cuartos ante Italia.

Löw busca soluciones porque sabe que como rival tendrá a una Francia que en ataque tiene a dos jugadores en plena forma: el estelar Griezmann y el resucitado Giroud.