El ministro del Interior libanés Nouhad Machnouk, dijo hoy que los servicios de inteligencia de Beirut, en colaboración con las autoridades australianas han frustrado un intento de hacer estallar un avión en vuelo de Etihad, directamente desde Australia a Abu Dabi. El incidente fue reportado por las autoridades australianas a finales de julio.

En una conferencia de prensa Machnouk explicó que cuatro hermanos del Libaneses australianos, habían planeado hacer estallar el avión con bombas ocultas en el interior de una Barbie y en una carne de res molida. La bolsa de mano donde  contenían los explosivos, no había sido abordado por el peso, que superó los 7 libras el límite permitido por la aerolínea.

El avión tenía 400 personas a bordo, entre ellos 120 ciudadanos libaneses. La bomba se detonó 20 minutos después del despegue. 

De los cuatro hermanos, Khaled y Mahmoud Khayyat se encuentran en Australia, y el tercero, Tarek, quién es un importante miembro del Estado Islámico vive en la ciudad siria de Raqqa. El ministro añadió que el cuarto hermano, Amer, fue el elegido como atacante suicida, que estaba tratando de abordar el vuelo con bombas en la bolsa. Fue detenido en el Líbano a mediados de julio, de regreso de Australia.

"El ataque fue frustrado", dijo Machnouk, "porque cuando Tarek Khayyat trasladó a Raqqa se ha convertido en uno de los comandantes de Isis y la inteligencia del Líbano han comenzado a seguir sus movimientos y los de sus hermanos. Amer Khayyat se ha movido varias veces entre Australia y el Líbano utilizando diversos pretextos, incluyendo una boda.

El plan de los cuatro hermanos era “castigar a los Emiratos árabes Unidos y Australia, que forman parte de la coalición liderada por Estados Unidos contra los extremistas . Pero cuando cuatro hermanos libaneses en Australia decidieron estallar un avión de Etihad emiratí significa que todo el mundo debe trabajar juntos para luchar contra el terrorismo ", concluyó Machnouk. "La coordinación debe ser de 24 horas  entre todos los organismos de seguridad."

Con información de Repubblica