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FMI sube a 1.9% su pronóstico de crecimiento para México en 2017
La economía mexicana alcanzará un crecimiento de 1.9% este año, pronosticó el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta previsión incorpora una revisión al alza sobre la que tenía el organismo en enero y abril cuando esperaba una expansión de 1.7 por ciento.
En la actualización trimestral del Panorama Económico Mundial (WEO, por su sigla en inglés), el FMI detalla que esta corrección al alza es explicada por la fortaleza que presentó la actividad económica en el primer trimestre del año.
El nuevo panorama del FMI consigna que el desempeño de la economía de ocho países en el primer trimestre, incluido México, “superó el pronóstico de la edición de abril del informe WEO”.
Enfatiza que “los indicadores de alta frecuencia correspondientes al segundo trimestre apuntan al afianzamiento ininterrumpido de la actividad mundial”.
Las ocho economías, destacadas por el FMI en lo que llamó “una recuperación cíclica continua” son Brasil, China, México, Alemania, Canadá, España, Francia e Italia.
La expectativa revisada del Fondo para México se aproxima a la expansión puntual que está esperando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico) de 2%, respecto a un intervalo que va de 1.5 a 2.5 por ciento.
La corrección al alza es la segunda que dirige el FMI para México en 12 meses. En julio del año pasado, elevaron marginalmente su previsión del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2016, en una décima, para dejarla en 2.5 por ciento.
En tanto, para el año próximo, el FMI mantuvo sin cambio su proyección de crecimiento en 2 por ciento.
Pese a Estados Unidos
La revisión al alza en el pronóstico para México fue sostenida por el organismo a pesar que corrigió a la baja su expectativa de crecimiento para Estados Unidos, economía que por su estrecho vínculo comercial con la mexicana resulta determinante en nuestro desempeño.
De acuerdo con la Actualización del WEO, Estados Unidos (EU) registrará un crecimiento de 2.1%, en este año, nivel inferior al pronóstico de 2.3% que previeron en abril.
Esta corrección “refleja en parte la debilidad del crecimiento durante el primer trimestre del año”. El ajuste a la baja en la previsión para EU, también alcanzó al 2018 para el que estimaron un crecimiento de 2.1% desde 2.5% de abril.
Además, enfatizan que “el principal factor de las revisiones, sobre todo la del 2018, es el supuesto de que la política fiscal no será tan expansiva como se había pensado teniendo en cuenta la incertidumbre que rodea los plazos y la naturaleza de la recalibración de dicha política”.
Destacaron que “las expectativas del mercado con respecto al estímulo fiscal también se han moderado”.
Enfatizaron que los riesgos para las perspectivas estadounidenses son dobles: “la puesta en práctica de un estímulo fiscal, por ejemplo, una reforma tributaria que reduzca la recaudación podría empujar el aumento del producto y la demanda por encima del pronóstico de base”.
“Y lo opuesto ocurriría si se llevara a cabo la consolidación basada en el gasto que propone el presupuesto del actual gobierno”.
Crecimientos desiguales
Para Reino Unido, revisaron a la baja el pronóstico de crecimiento, “tras haberse registrado una actividad que defraudó las expectativas en el primer trimestre”. De manera que estiman que el PIB alcanzará un crecimiento de 1.7%, tasa debajo de 2% previsto para este año. La tendencia a la baja se sostendrá para el 2018, cuando anticipan una expansión de 1.5%, que es la misma estimada en abril y que incluye la previsión de una desaceleración.
Se proyecta crecimiento al alza en eurozona, Japón, China, Asia emergente y en desarrollo; a la baja en EE.UU #WEO https://t.co/HtvnragazI
— FMI (@FMInoticias) 24 de julio de 2017
En contraposición, se revisaron al alza las proyecciones de crecimiento para países determinantes en la expansión conjunta de la zona euro, para quien el FMI pronostica una tasa de crecimiento de 1.9% para el 2017 y de 1.7% para el 2018. Estas tasas incorporan una revisión al alza, desde 1.7 y 1.6% que estimó el organismo en abril.
Para Japón anticipan una actividad moderadamente más dinámica para el 2017, al prever una tasa de crecimiento de 1.3% este año, una décima superior a la tasa prevista en abril y una desaceleración que llevaría al PIB a 0.6% en el 2018.
Emergentes, repunte moderado
Las economías emergentes tendrán un repunte moderado en la actividad, según su pronóstico. El crecimiento aumentará a 4.6% este año y 4.8% para el próximo. Ambas previsiones reflejan revisiones al alza de 0.1 décimas cada una, respecto de los datos de abril.
China mantendrá un crecimiento similar al del 2016 de 6.7%, que incorpora una ligera revisión al alza de una décima de punto y para el año entrante bajará su dinámica para completar una expansión de 6.4%, una revisión al alza de 2 décimas.
El gigante latinoamericano Brasil es destacado por su persistente debilidad de la demanda interna y la agudización de la incertidumbre política. El Fondo anticipa una recuperación de 0.3% para este año, que implica el primero de números positivos respecto de los tres previos y un aumento del PIB de 1.3% para el 2018 que, sin embargo, incorpora un recorte de 4 décimas en la previsión de abril.
India, el otro emergente identificado entre los BRIC, continuará liderando el crecimiento económico mundial con expansiones de 7.2 y 7.7%, para este y el año entrante, respectivamente. El pronóstico de la institución para este país asiático se mantuvo sin cambio.
Riesgos en commodities
El FMI dsestaca que un riesgo para la economía mundial es el retroceso de los precios de las materias primas, pues exacerbaría más las tensiones macroeconómicas y complicaría las necesidades de ajuste en muchos exportadores de materias primas.
También consideran que los relacionados con las elecciones se han atenuado. “La incertidumbre en torno a las políticas se mantiene elevada y podría agravarse como consecuencia de la política fiscal y regulatoria de Estados Unidos, que son difíciles de predecir; las negociaciones sobre los planes post-Brexit y los riesgos geopolíticos.
Esto podría minar la confianza, desalentar la inversión privada y debilitar el crecimiento.
Además, estiman que China podría protagonizar un episodio de tensión mundial si suspende la atención acordada a la solución de los riesgos del sector financiero y a la restricción de la excesiva expansión del crédito (principalmente a través de una aplicación más estricta de la política macroprudencial).
De ser el caso, podría provocarse una abrupta desaceleración del crecimiento con repercusiones negativas en otros países a través de los canales del comercio internacional, los precios de las materias primas y la confianza.
La mayor celeridad es la normalización de la política monetaria estadounidense, pues las condiciones financieras internacionales podrían tensarse y provocar un vuelco de los flujos de capital destinados a las economías emergentes, junto con una apreciación del dólar, lo cual causaría tensiones en las economías emergentes muy apalancadas, con un vínculo cambiario al dólar o con descalces en los balances.