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Flight Crew Carbonífera, volando hacia lo imposible
Hoy, conseguir fotografías aéreas y tomas panorámicas sin necesidad de rentar una avioneta y un equipo especial es posible, tan sólo con la ayuda de un dron. El vehículo aéreo no tripulado que inicialmente fue diseñado para el uso militar ha ganado la popularidad entre la comunidad para usarlo con fines recreativos y comerciales.
La afición por los drones ha llevado a cientos de personas a crear grupos colectivos de aprendizaje: tutoriales de YouTube, foros webs, páginas de Facebook e incluso, reunirse en clubs para grabar vuelos y experimentar.
Es así como surgió el Flight Crew Carbonífera, el primer club de droneros en Coahuila, conformado por Aldo Rosales, Fabián Bautista, Hugo Tanájara y Roberto Reséndiz; cuatro hombres de diferentes Municipios, distintos empleos, pero una misma pasión: los drones.
Aldo es ingeniero en sistemas y radica en Múzquiz, Fabián es ingeniero mecatrónico, de Sabinas, Hugo se dedica a la venta de autopartes, Roberto trabaja en un laboratorio de carbón y ambos son de Nueva Rosita. Éstos cuatro jóvenes ni siquiera se conocían entre sí, fue a través de las fotografías y videos tomadas con sus drones, que publicaban en Facebook, que llegaron a conectarse y a conocerse.
De los cuatro, Aldo es quien tiene mayor experiencia y fue él quien tuvo la idea de formar un club para que trabajaran en equipo, “Yo empecé el año pasado a hacer videos en mis tiempos libres, luego los subí y me empezaron a agregar muchas personas; entonces me contactó Fabián, que le gustaba el dron y quería adquirir uno y vino a Múzquiz. En todo momento siempre vas a encontrar a más gente que le gusta lo mismo que a ti, y que disfruta lo que tú haces”, comenta.
Fabián señala: “Aldo me comentaba que quería formar un club, pero esto se formalizó cuando yo compro el dron y nos damos cuenta por Facebook que había otra persona en Rosita que también tenía uno, pero no sabíamos quién era, sólo veíamos las fotos de la chimenea que él subía, hasta después descubrimos que era Roberto. Lo contactamos e hicimos un grupo en Whatsapp y comenzamos a hablar de proyectos. Roberto nos comenta que hay otro chavo en Rosita que también tiene un dron y ya nos contactamos los cuatro. El club nace cuando vamos a la sierra de Múzquiz juntos y desde entonces formamos el club.”
“Para hacer un club no puedes tener gente con mente individual, que sean egoístas, deben querer compartir, disfrutar, que les apasione y tengan una visión amplia”, comenta Aldo, “les dije: ‘queremos formar un club, compartir experiencias, compartir los vuelos’, y así fue como se dio”, cuenta Aldo.
Sobre su experiencia con el club, Hugo menciona: “nosotros cuatro ni siquiera nos conocíamos. Yo conocía a Roberto, empecé a ver unas fotos que él subía, yo tenía una cuatrimoto y siempre he sido aficionado a los paisajes y a la naturaleza, y un día dije ‘¿por qué no combinar esto con los drones?’, porque la cuatrimoto te da la ventaja de explorar partes que es de difícil acceso.Es padre porque te sientes muy libre y disfrutas de los paisajes.
Yo no imaginé que pudiera hacer un club, para mí esto era algo personal, como las fotos que tomas en vacaciones o cuando vas a la playa; pero tuve la confianza de acercarme a preguntarle y él me ayudó mucho con recomendaciones de marcas y todo eso.
Yo no sabía nada, sólo sabía que era un helicóptero que vuela y toma fotos, pero se siente muy bien que uno pueda tomar fotos así y poder compartir con alguien a quien le gusta lo mismo que a ti, que tenga las mismas visiones y los mismos gustos”.
EL CIELO ES EL LÍMITE
El Flight Crew Carbonífera es joven aún, tiene apenas un mes de haberse formado, pero ya cuenta con grandes planes a futuro y muchos proyectos en mente, “todavía nos falta para ser profesionales, pero ya hay muchos eventos que nos han pedido que cubramos.
Lo hacemos por pasión, pero también metimos una cuota mínima para poder ayudarnos, y para formar el club, hacer camisas, hacernos un buen logo, tener aditamentos, accesorios; porque también no es nada más volarlos, hay que tener toda la responsabilidad frente a las autoridades. Hay una norma para los drones que la sacaron el 31 de mayo, con las normas que deben cumplir los equipos y los pilotos.
Tuvimos una reunión el pasado sábado, nos gustaría formar una empresa. No queremos que se pierda la esencia de esto, que es divertirnos. Vamos a ir creciendo como se vaya dando, cada quien tiene sus trabajos, nos falta afinar algunas cosas. Queremos crecer, pero primero queremos perfeccionarnos en edición, cursos de vuelo, tener algún papel que nos avale. Nos gustaría llegar a las grandes ligas”, comenta Aldo.
“Estamos en 2015,¿qué podemos esperar para 2025?”, señala con entusiasmo Aldo, acerca de la tecnología para hacer fotografías y su vertiginoso avance. Al parecer, el único límite posible hasta el momento, es el cielo.
Flight Crew Carbonífera es el primer club de drones de Coahuila, está conformado por Aldo, Hugo, Fabián y Roberto, quienes decidieron reunirse para compartir su misma pasión de surcar el cielo haciendo fotografías
¿Es caro tener un dron?
Aldo Rosales responde: “Todo está como lo veas, es como todo, es caro para alguien que no tiene el ingreso, pero accesible para quien tiene los recursos. Pero eso se paga, yo digo que la diversión y la perspectiva de poder ver desde arriba cambia mucho y lo disfrutas.
Por ejemplo, antes, ¿cuándo podrías tú tener una visión así?, sería con un helicóptero o con un equipo muy costoso.
O hacer un vuelo sólo para tomar fotos a 500 metros. Cuando quieres tener otra visión, cuando quieres ver las cosas de otra manera, yo creo que el precio es lo de menos, lo disfrutas.
Sí es caro, es un gusto caro, es caro de entrada, y hay que tener mucho cuidado porque en una caída se puede desbaratar; pero todo está en trabajar con responsabilidad, gusto y cuidado, para que no se descomponga”.