Finanzas públicas, inflación y sector externo

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Finanzas públicas, inflación y sector externo

Por: Guillermo E. Garza De La Fuente*

Conforme se perfila la recta final de la administración del Presidente Peña Nieto, pareciera vislumbrarse que los astros empiezan a alinearse en materia económica. Durante los últimos días se han divulgado una serie de indicadores económicos que dan cuenta de una relativa mejoría en diversos temas, como la inflación, el sector externo y las finanzas públicas por mencionar algunos. Pero vayamos por partes.

En lo que toca al aumento de precios, se sabe que la quincena de enero registró una tasa de inflación anualizada del 5.51%, marcando con ello lo que será seguramente una tendencia a la baja en este indicador, después de permanecer durante ocho meses consecutivos por encima del 6%. Destaca una notable caída tanto en el índice subyacente (principal fuente de presión del índice general) como en el subyacente en menor medida, aunque confirmando una trayectoria descendente.

Aunque en buena medida este descenso obedece al efecto aritmético de la base de comparación elevada contra la cual se están comparando los precios actuales, debe destacarse que el pico inflacionario ya quedó atrás y paulatinamente empezará a ceder, restándole presión al Banco de México para restringir las condiciones monetarias.

En el tema de finanzas públicas, el pasado miércoles 30 de enero, la Secretaría de Hacienda dio a conocer el “Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública”, correspondiente al cuarto trimestre del año anterior y con ello el consolidado de todo el 2017.

Ahí se destaca que el déficit público, medido a través de su indicador más amplio, el de los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), se situó en un 1.1% del PIB, saldo considerablemente menor al reportado en el 2016 del orden del 2.8% y con respecto a lo estimado en los Criterios Generales de Política Económica en un 2.9%.

Aunado a esto, durante el año pasado se obtuvo por primera vez desde 2008, un superávit primario (diferencia entre ingresos y egresos del sector público, antes del pago de intereses) equivalente al 1.4% del PIB. Este indicador se utiliza como una primera aproximación para evaluar los esfuerzos de una administración para generar los ahorros suficientes que le permitan cubrir el servicio de la deuda.

Con todo lo anterior, se observó una disminución en el nivel de deuda pública ubicándose en un 46.2% del PIB, comparado con el 48.7% registrado en el 2016. Dicha cifra tomada del indicador más amplio de la deuda pública, el del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público. Cabe señalar que es la primera disminución en este indicador que se observa en los últimos diez años.

El reto será que durante el ejercicio fiscal, el Gobierno mantenga disciplina y se aleje de las tentaciones de echar andar el gasto público en plenas campañas electorales"

Desde luego todo ello apoyado en buena parte por los remanentes de operación del Banco de México, los cuales sumaron 321 mil 700 millones de pesos. El reto en delante será por lo pronto que durante el presente ejercicio fiscal, el Gobierno mantenga esta disciplina fiscal y se aleje de las tentaciones de echar andar el gasto público en plenas campañas electorales.

En lo que toca al sector externo hace un par de semanas el INEGI informó que lejos de las amenazas e incertidumbre que se ciernen en materia comercial, el sector externo mostró un fuerte impulso durante el año pasado, al registrar tanto las exportaciones como las importaciones tasas de crecimiento del orden del 9.5% y 8.6% respectivamente. Lo anterior muestra una dinámica vigorosa con crecimientos muy por encima del que registra la actividad económica en su conjunto.

Para cerrar y no menos importante, la tasa de crecimiento del PIB, de año pasado, en su estimación oportuna que dio a conocer el INEGI la semana pasada, fue del 2.3% con cifras desestacionalizadas, marcando una ligera desaceleración en relación con el ritmo de crecimiento que venía registrándose en los últimos cuatro años. No obstante, el Fondo Monetario Internacional elevó su perspectiva de crecimiento de la economía mexicana tanto para el 2018, como para el 2019, al ajustar sus proyecciones de 1.9% a 2.3% y de 2.3% a 3% respectivamente.

*Catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad 
Autónoma de Coahuila