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Fin a las orejas de soplillo sin quirófano
El 37 % de las personas que tienen orejas prominentes o de soplillo se ha planteado corregirlas, pero sólo el 8 % de ellas tiene la firme intención de hacerlo, sobre todo por los riesgos asociados a la cirugía, pero ahora ha llegado una nueva técnica que es menos invasiva y se realiza de forma ambulatoria.
Esta técnica se lleva practicando hace alrededor de cinco años en el Reino Unido. Uno de los doctores que la ha practicado es Antonio Porcuna, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, quien la realiza a partir de un nuevo implante de la farmacéutica Allergan.
Es una “intervención mínima” que sólo requiere de dos o tres puntos, que además no hay que extraer y son los necesarios para cerrar la pequeña incisión para introducir el implante.
Dura entre cinco y veinte minutos, frente a la otoplasia -el procedimiento quirúrgico para la corrección de las orejas– que conlleva, según el experto, cerca de dos horas.
El implante, compuesto por níquel y titanio y recubierto de oro de calidad médica para que sea menos visible bajo la piel de la oreja, está indicado para aquellas orejas que tienen un pliegue antihélix poco desarrollado y se puede implantar en adultos y niños mayores de siete años.
Con esta técnica, no es necesario llevar una venda en la cabeza después del tratamiento, a diferencia de la otoplastia, con lo que la mayoría de las personas puede volver de forma inmediata a su rutina diaria, ya que sólo podrá sufrir una inflamación discreta en la zona intervenida.
Las personas que opten por esta técnica podrán elegir el grado de cambio que quieren hacer porque el dispositivo, además, cuenta con unos simuladores previos que se colocan en el exterior de las orejas.
Esta alternativa a la cirugía habitual está destinada al 77 % de las personas con estas orejas y que se sentiría mejor si no las tuvieran así, según ha constatado el estudio elaborado por la farmacéutica y que ha presentado en rueda de prensa la psicóloga y especialista en inteligencia emocional Silvia Álava.
El estudio “Escucha tus orejas“, basado en 450 encuestas a personas con estas características y a sus familiares, revela que el 54 % de los españoles que tiene este problema reconoce haber sufrido bromas por el tamaño de sus orejas. A la mitad además éstas le hicieron daño.
Y en el caso de los más pequeños, nueve de cada diez de los encuestados opina que éstas burlas son más duras y frecuentes durante la infancia porque los niños suelen ser muy crueles.
En ese caso, hay que tratar la empatía y su autoestima, y si está sufriendo, no se relaciona con los demás, no quiere ir al colegio, le cuesta conciliar el sueño y está triste “hay que hacer algo rápido al respecto”.