Fernando Del Paso: ‘La patria pertenece a todos sus hijos’

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Fernando Del Paso: ‘La patria pertenece a todos sus hijos’

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La obra del autor ganador del Premio Cevantes en su edición número 30 es un reflejo de las pulsiones del México del siglo 20 y una seductora invitación para las nuevas generaciones

MÉXICO, D.F- Ha sido México, otra vez. Fernando Del Paso se ha unido este jueves a la quinta de escritores mexicanos —Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska— que han sido premiados con el Cervantes, el máximo galardón en letras españolas. Las letras mexicanas se convierten en las más reconocidas, después de las españolas, del premio más importante de habla hispana y Del Paso se sitúa en un pedestal en el que siempre ha estado: como uno de los grandes autores en castellano del siglo XX.

Autor de Palinuro de México, José Trigo (y hasta un libro de gastronomía que firmó a cuatro manos con su cariñosa y brillante esposa, Socorro), su obra magna es Noticias Del Imperio: un minucioso retrato de Carlota, la emperatriz de México casada con Maximiliano de Habsburgo, un matrimonio con destino desgraciado. Fueron emperadores a mitad del siglo XIX. Él acabó fusilado y ella perdió la razón.

La ambiciosa novela histórica —de más de 1.000 páginas— retrata con tal minuciosidad a los personajes que dedica tres cuartillas solo para describir el tono de los dientes de Maximiliano y otras dos para enumerar los títulos nobles de Carlota. Un viaje sobre los oscuros pasajes de la historia mexicana, alejada de la gloria nacionalista y cercana a los porqués que a Del Paso tanto le ha obsesionado buscar.

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Hace un año recibió un homenaje en la FIL de Guadalajara. Hacía apenas tres meses que había ocurrido la masacre de Iguala, en la que resultaron desaparecidos 43 estudiantes de magisterio de la Escuela Rural de Ayotzinapa, un crimen que hasta ahora no ha sido esclarecido. Participaba en un homenaje a Octavio Paz. Tras la presentación de Rafael Tovar y de Teresa, presidente de Conaculta (la máxima institución oficial mexicano dedicado a la cultura), Del Paso permaneció inmutable. Del Paso sufrió un derrame cerebral que le dificultó el habla pero que no le quitó un ápice de lucidez. Por sus dificultades físicas, que jamás psíquicas, se eligió al poeta Ángel Ortuño para que leyese su agradecimiento, dedicado a Paz. Pero Del Paso, de improvisto, decidió romper el protocolo, tomó el micrófono un segundo y dijo con voz de hilo pero inquebrantable esfuerzo: “Quiero solidarizarme desde aquí con los familiares de los estudiantes desaparecidos en Iguala. Señor presidente Enrique Peña Nieto, no se engañe usted: Todos somos Ayotzinapa”. La frase cayó como un trueno en la sala. El auditorio se hizo una ovación. Claudio Magris, en primera fila, se pusiera de pie para aplaudirle. Un compromiso que refrendó poco después cuando firmó un texto en el que retrataba el corazón roto de millones de mexicanos, cuando recibió el Premio José Emilio Pacheco, fallecido poco antes y autor de Alta traición, un poema que resume el sentimiento (que no orgullo) de ser mexicano y ejercer como tal. “¡Ay, José Emilio! Sí, dime cuándo empezamos a olvidar que la patria no es una posesión de unos cuantos, que la patria pertenece a todos sus hijos por igual, no solo a aquellos que la cantamos y que estamos muy orgullosos de hacerlo: también a aquellos que la sufren en silencio”.

Al escuchar que Mexico acaparó el Cervantes Del Paso dijo: ‘¡Magnífico! Lo único que siento es que no esté Carmen Balcells’ / Archivo
Todavía me falta mucho por vivir”
Fernando Del Paso.

Del Paso nació en la capital de México pero su hogar está en Guadalajara. Recibió a este periódico vestido como un dandi, con gafas de sol, corbata multicolor y solo sirviéndose de un bastón para mantener una charla en un salón repleto de libros y con un intenso olor a café. Su esposa Socorro es su intérprete, cómplice y compañera. Basta un comentario irónico de ella (sobre sus obsesiones, su disciplina al momento de escribir, su obsesión por devorar cuanto conocimiento llegase a sus manos) para que él responda de inmediato levantando las cejas, como un niño. Igual presume su amplia biblioteca que una foto de una reunión familiar. Ante la pregunta sobre qué libro recomendaría a un chico de 13 años respondió con ironía: “Noticias del Imperio”, sin poder aguantar una discreta risa.

La obra es una de las grandes aventuras de cualquier lector: una novela larga y apasionante pero que requiere la disciplina de un amante de las letras. Pero en el que aparece la gigantesca pasión del escritor por escuchar y aprender. “Todavía me falta mucho por vivir”, dijo esta mañana. 

“Mucha falta le estaba haciendo el premio”, comenta el escritor Antonio Ortuño, hermano de Ángel, y uno de los 20 elegidos por Conaculta para representar la nueva generación de autores mexicanos. Porque Del Paso, uno de los grandes nombres de la literatura en español del siglo XX, se mantiene como el espíritu de un jovencito, como el apasionado Palinuro de México, el estudiante de medicina que refleja la pasión de los años sesenta y setenta en México cuando quejarse era un riesgo y hablar mal del Gobierno priísta una apuesta por la vida. Abundan los juegos de palabra, las ironías, las referencias históricas, culturales, literarias. Y la pasión.

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¡Conócelo!
Fernando del Paso (Ciudad de México, 1 de abril, de 1935), narrador, ensayista, poeta y dramaturgo tiene títulos emblemáticos como José Trigo (Premio Pablo Xavier Villaurrutia, 1966), Palinuro de México (Premio Rómulo Gallegos, 1982) y Noticias del Imperio (Premio Mazatlán de Literatura, 1988). Entre los ensayos figuran El coloquio de invierno con Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez), 1992; Yo soy hombre de letras: discurso de ingreso. Respuesta de Miguel León-Portilla, 1996; y Viaje alrededor del Quijote, 2004.

Los que cantan a la patria
En diferentes entrevistas concedidas en el último año, el escritor has dejado muy clara su postura sobre ciertos aspectos de la vida nacional, estas son algunas de sus opiniones.

-México:
“México se ha vuelto un país peligroso y estamos consternados una enorme mayoría de personas. Además, me preocupa mucho la corrupción de mi país”.

-Sociedad:
“Todavía hay una discriminación racial y social. Es un fenómeno, y una lucha por el poder que el blanco siempre ha ganado. Es una situación que se estaba superando, pero se ha acentuado en los últimos años”.

-Justicia social:
“A los casi ochenta años de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprendí en la escuela y que hoy me sé solo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; sólo cuando en ellos corre la sangre: Chenalhó, Ayotzinapa, Tlatlaya, Petaquillas...¡Qué pena, sí, qué vergüenza que sólo aprendamos su nombre cuando pasan a nuestra historia como pueblos bañados por la tragedia!”.

-Literatura mexicana contemporánea
“se ha desinhibido, antes estaba encorsetada”. Lamenta que haya personas que “creen que el español no es nuestro idioma, y es todo lo contrario, es nuestro, y con mucha riqueza”

-Cultura en México:
“Se ha debilitado un poco el impulso del Gobierno. Tenemos un presidente que es muy inculto y no parece tener buenos asesores culturales”

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