La Reforma Educativa, la más importante para la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo ahora que el petróleo está pasando a la historia como la añorada “palanca para el desarrollo” puesto que ya no lo es, por ser cada vez menores los ingresos genera, sufre el embate más importante, quizás el último en el actual gobierno, dado que el nivel de las protestas difícilmente podrían ya subir de intensidad.

Aquí lo comentamos hace unas semanas, en el sentido coloquial norestense de que ya se había “pasado de tueste”.

Sin embargo, ante la intransigencia de los grupos radicales de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, el respaldo que se está otorgando por parte del sector empresarial, y por algunos organismos de la sociedad civil organizada, podemos están ante un inminente operativo de gran escala donde las fuerzas federales del orden tengan que realizar una intervención mayúscula para contener los efectos negativos de la resistencia agresiva que lleva a cabo la Coordinadora.

Los bloqueos de carreteras, calles, refinerías, centros de abasto, comercio, oficinas públicas y todo tipo de servicios han indo gestando una profunda desaprobación ciudadana hacia los maestros movilizados contra la Reforma, principalmente en los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas.  

Hay un sentimiento de impotencia por parte de la opinión pública que no tolera la provocación de muchos actos de los maestros que atentan contra su propia seguridad y la de sus familias. Nadie quiere un escenario de violencia o la posibilidad miníma de represión, pero tampoco es admisible que se atente contra la normalidad de la vida en muchas regiones, donde gente pierde su empleo temporalmente, o se queda sin ingreso por que la economía se paraliza a falta de alimentos, mercancías, servicios, y actividades productivas en general, derivado del bloqueo de vías de comunicación.

Los empresarios son quienes encabezan la presión para que el gobierno federal ejerza el uso de la fuerza en contra de quienes se mueven en los límites de una protesta pacífica y la ilegalidad.   Aquí resurge nuestra subcultura legal, donde muchos delitos se cometen en supuesto reclamo de un atentado contra intereses que se consideran legítimos, y en el fondo lo son, pero que no debieran ser pretexto para atentar contra libertades y derechos de terceros.

La red de distribución de programas y beneficios de Sedesol (federal)] con que subsisten decenas de miles, si no es que cientos de miles de familia, en los estados mencionados, que casualmente son de los más atrasados en desarrollo social en el país, se encuentra literalmente colapsada, tendiendo que hacer uso de transporte aéreo para desplazar despensas, maíz y frijol, así como leche en polvo, que esperan en hogares muy necesitados.

Existe en el escenario también cierta atención internacional, que urge al Presidente a terminar con el conflicto por la vía de la negociación. Todo mundo sabe que las lamentables muertes en Nochixtlan, Oaxaca, originaron una línea de atención de la comunidad global, que se mantiene expectante y preocupada por los acontecimientos. En un mundo global difícilmente este tipo de eventos pasan desapercibidos.

El Presidente sabe que el tiempo se agota ante la postura cada vez mas desafiante de una parte de los maestros de la CNTE que se han adueñado de la estrategia y la movilización de protesta.La evaluación periódica de los profesores es inaceptable para ellos. Se sienten agredidos en sus derechos sindicales. No están dispuestos a colaborar en la modernización del mayor instrumento de superación y desarrollo que tenemos como lo es la educación.

Ello tiene a prueba la capacidad de maniobra, en defensa de la gobernabilidad, y el orden social por parte del gobierno de la República. Pero una cosa es evidente, previsible e inminente, el Presidente va a actuar, y esta vez con un gran respaldo de sectores que también están a favor de la paz, pero con orden. Que todo salga muy bien.