Fantasías animadas (1)
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Fantasías animadas (1)
Mi infancia en Saltillo fue acompañada de los eventos vespertinos televisivos de las paupérrimas opciones presentadas por tres canales en el televisor General Electric, blanco y negro de 21 pulgadas, frente al que esperaba pacientemente la trasmisión, a eso de las 4 de la tarde, de las caricaturas de la Warner Brothers, tituladas: “Fantasías Animadas”.
Hoy esas mismas fantasías se presentan desde la fuente gubernamental de este Estado en liquidación después del arrase del régimen totalitario y dictatorial que sufrimos durante 12 exactos años.
FANTASIA PRIMERA. De los manotazos, pasó a los gritos, sacado de sí como ya es costumbre, el caudillo no alcanzaba a razonar, ni mucho menos entender lo que su lacayo quería explicarle acerca de la rebelión en el Congreso del estado de los diputados del PRI de la región centro, que habían votado en contra del dictamen que exoneraba al aborto de penalidad. Por primera vez en 12 años una iniciativa emergida de la retorcida mente de la asesora jurídica, no pasaba el filtro del templo de alabanza. La proclividad de la pareja monárquica de Coahuila refiere atentar en contra de los valores y principios de la sociedad, diluyéndola mediante leyes y decretos de pretendida avanzada, que son referenciados por minorías que terminan imponiendo caprichos y maneras, ante la complacencia del dueto campeón de la disolución social. No entiende Rubén “El Primero” que la cuenta regresiva de su tenebroso Gobierno llegará a su término en menos de 30 días, para bien de todos, y que como pintura se irá borrando, al decir del rey poeta Netzahualcóyotl.
FANTASIA SEGUNDA. La mano del delfín por fin emerge y trepa los sexenios a través de la nominación de su abogado de cabecera como fiscal del Estado, en un juego siniestro que situó en ese puesto a quien un día fue despedido por Homerito Ramos. Algo deja de respiro la partida de ese
personaje ladino y sumiso, que dio al traste con las instituciones de Coahuila. Homero es el ejemplo de la ausencia de valores de algunos políticos que anteponen sus intereses a cualquier esencia social. De árbitro “imparcial” de las elecciones, pasó a ser Secretario de Gobierno del régimen que tocó calificar como válido. Después de defensor de los derechos humanos, saltó a ser persecutor de los derechos a través de sus ministeriales como procurador, “haya cosa”, diría mi abuela. Lo bueno es que ya largado está, y ojalá para siempre, del panorama coahuilense, ya que al parecer las magistraturas fueron asignadas en lo oscurito y aprovechando el temblor chilango.
FANTASIA TERCERA. Según se sabe, por efecto del proyecto P147212, el Banco Mundial asignó al Gobierno del Estado de Coahuila 350 millones de dólares a fin de establecer un sistema de protección social en el que se incluía la asignación de presupuesto a casas cuna del DIF, siempre y cuando se justificara que los menores en situación extraordinaria fueron adoptados y/o asignados a un proceso que asegurara su desarrollo como personas. Se sabe que en sociedad con Yesca Garza, cierta pareja gubernamental ideó un sistema que hace entrega de menores a parejas del mismo sexo y con ello justifica
la “inversión” que no termina en la bolsa del DIF, sino en depósitos de cuentas con domicilio hidalguense. El cochinito se está llenando para los tiempos de seca, esos en los que será necesario litigar, pero para salvar el pellejo.
FANTASIA CUARTA. Cometiendo la peor de las barrabasadas jurídicas, Iván Garza, el jilguerillo oficial del rubenismo, a través de su faceta de “periodista”,
fue nombrado magistrado supernumerario del poder judicial de Coahuila, en un proceso ilegal e impugnable. Resulta que aún siendo Consejero Jurídico del Ejecutivo, recibe un nombramiento en un poder autónomo que establece como requisito indispensable la ausencia de ese compromiso.
Siempre las pendejadas se terminan pagando.