Familias de acogida: una apuesta diferente

Usted está aquí

Familias de acogida: una apuesta diferente

Estas últimas semanas, dentro de la Cámara de Senadores y en la Diputados, se han celebrado diferentes reuniones sobre la Ley General de Adopciones. Si bien es un tema viejo, desde diciembre del 2017 el entonces presidente Enrique Peña Nieto había anunciado que se estaba trabajando, puesto que es de conocimiento general que los procesos de adopción son lentos, difíciles y costosos, lo que hace que adoptar una niña o un niño en México sea casi un calvario.

Se dice que en México hay más de un millón 800 mil niños, niñas y jóvenes sin madre, padre o sin ambos progenitores. Sin embargo, el último Censo de Población y Vivienda 2015 del Inegi registra sólo 33 mil 118 menores de edad huérfanos internados en casas hogar. Es decir, poco más de millón y medio de niñas, niños y adolescentes no tienen padre/madre o tutor y no están en casas hogares. ¿Dónde están?

La UNICEF en su estudio sobre la situación de Niños, Niñas y Adolescentes en las instituciones de protección y cuidado en América Latina y el Caribe (2013), hace un llamado urgente a los países miembros a “desinstitucionalizar” a los menores, ya que aseguran diferentes estudios que por cada 3 meses que pasan en orfanatos, pierden un mes de desarrollo. Aunado a que la violencia en las instituciones es seis veces más frecuente que en los hogares de acogida, y los niños institucionalizados tienen una probabilidad casi cuatro veces mayor de sufrir abuso sexual que aquellos que tienen acceso a alternativas de protección basadas en la familia.

En otras palabras, aunado a que es sumamente difícil adoptar en México, las casas hogares no se dan abasto a la demanda social y además no es recomendable en términos de desarrollo para los menores.

¿Qué son las familias de acogida? En inglés conocido como Foster Program, son los espacios donde una familia recibe a un menor sin tutores mientras el Estado garantiza sus derechos básicos: salud, educación, familia, etc. Es decir, la oportunidad de tener una familia, cuidado y atenciones como cualquier otra niña o niño en México.

Este es un punto no discutido, si bien es cierto hace falta mucho trabajo en el proceso administrativo y legal de adopción en México; es importante también innovar y hacer propuestas sensibles a las necesidades y los retos que enfrentan los menores sin custodia en nuestro País.

Exhorto a nuestras y nuestros senadores y diputados, así como los encargados de ejecutar esta política social (antes el DIF, ahora en Salud debido a la extinción del DIF) a pensar afuera de la caja de cómo resolver el problema de los menores sin custodia en México. Es un tema urgente (como muchas otras cosas) que tiene implicaciones sociales irreparables como son: la violencia, la trata de personas, la prostitución y el narcotráfico, sólo por mencionar algunas. Hagamos una apuesta diferente por el desarrollo de nuestras niñas y niños en México.

@garciacecy_

ceci.garcia@dcamexico.org