El año pasado murieron tres centroamericanos en la Casa del Migrante a causa de enfermedades añejas, así como golpes que recibieron durante el viaje que emprendieron rumbo a la frontera. El padre Pedro Pantoja aseguró que las personas que deciden salir de su país no sólo se arriesgan a morir en el camino de sed, a manos de la delincuencia o algún accidente, sino a causa de otros factores a los que no les prestan atención. 

De acuerdo con el asesor de la Casa del Migrante, uno de los hombres murió a causa de una cirrosis que tenía desde varios años atrás. 

Otro de los jóvenes falleció a causa de una enfermedad que sufrió por algún tiempo, incluso permaneció durante dos años en el albergue hasta que murió. En ese caso, según el padre Pantoja, “nunca pudieron hacer los trámites para repatriarlo a Honduras”, hasta que murió.  El último caso fue el de otro centroamericano que murió de un infarto. 

“La casa del Migrante es el desemboque de la mayoría de las violaciones. Se van a encontrar un perfil de violaciones en la casa del Migrante desde gente muy dañada por las golpizas, como aquel que detuvieron con perros en Coatzacoalcos, o aquellos que fueron baleados en Querétaro, y hace poco se acaba de presentar otro informe porque hay persecuciones a balazos”. El sacerdote reconoció que de las casas de refugio para migrantes ubicados en el sur del país casi siempre les envían “todos esos casos”. 

El paso por México también les ocasiona enfermedades gastrointestinales, anemias, severos problemas en los pies por las caminatas, desnutrición, así como infecciones en la piel, principalmente.