Con más de 7 décadas de trayectoria el artista zacatecano Manuel Felguérez fue un prolífico y activo artista mexicano, cuyo legado abarca no solo sus obras pictóricas, escultóricas, de grabado y técnicas mixtas y digitales, sino también proyectos como el Museo de Arte Abstracto de Zacatecas que lleva su nombre.

Su muerte, acaecida la madrugada de este lunes 7 de junio del 2020 a la edad de 91 años debido a complicaciones por el COVID-19, fue dada a conocer por el gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello, desde redes.

Como miembro de la llamada Generación de la Ruptura, movimiento artístico no organizado ni deliberado, que buscaba alejarse del nacionalismo y socialismo del muralismo mexicano, corriente que había predominado en el panorama artístico nacional durante toda la primera mitad del siglo 20.

Felguérez nació el 12 de diciembre de 1928 en Valparaíso, Zacatecas, pero a temprana edad, tras la muerte de su padre en 1935, su familia se muda al entonces Distrito Federal, donde tiempo después comenzará sus estudios de arte en la Academia de San Carlos en México.

Desertó de ahí al poco tiempo y continuó su aprendizaje en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y en la Escuela Nacional, de Pintura, Grabado y Escultura “La Esmeralda” entre 1948 y 1951, pero luego de esto obtendría una beca para estudiar en París.

Allí conoció a su maestro, el escultor francés Ossip Zadkine, heredero de la escuela cubista y cuya formación serviría para sentar las bases del estilo sobre el cual el artista mexicano basaría toda su obra.

El propio Manuel Felguérez reconoció en vida que que siempre se sabe cuando una obra es de su autoría. “Presumo no sólo de variar, sino de variar dentro de unos límites”, comentó en entrevista con la curadora de la exposición “Trayectorias”, Pilar García, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, con motivo de su 90 aniversario y que estará en exhibición hasta octubre de este año.

“Uno de mis pensamientos estéticos esenciales es que el arte es creación, así que no se vale repetir. Siento que cuando un artista se repite, se vuelve artesano de sí mismo y deja de producir arte. Es fácil que uno piense de esta manera y que tenga la pretensión de hacerlo, lo difícil es mantenterte con esa postura sesenta o setenta años, siempre encontrando nuevos caminos para que la obra vaya girando”, expresó en ese mismo artículo, publicado en el catálogo que acompaña a la exposición.

Por esto mismo es que la obra de Felguérez esta cargada de experimentación. En sus primeros murales empleó chatarra y en los noventas comenzó a crear con las arcaicas computadoras de entonces, en un afán de hacer autora a la tecnología como sucedió con su obra El Espacio Múltiple de 1973, hecho que lo ha colocado como uno de los pioneros del arte digital en México.

Como lo expone el escritor mexicano Juan García Ponce, uno de los principales defensores de la “Ruptura”, en un texto citado por la crítica de arte Teresa del Conde en su libro Textos Dispares “en las obras de Felguérez, la experimentación nunca es meramente formal, nunca se sacia a sí misma, sino que es antes que nada una manera de forzar a sus medios expresivos, de obligarlos a ir más allá, de trascenderse a sí mismos para hacer posible el encuentro de esa forma”.