El dibujante y caricaturista Manfred Deix murió el sábado pasado a los 67 años después de una "larga y difícil enfermedad", según anunció hoy el director del Museo de la Caricatura de Krems, Gottfried Gusenbauer.

"Manfred Deix fue uno de los grandes artistas de Austria. Hubo y hay muchos tabúes y verdades desagradables sobre los que no se podía hablar pero Deix nos abrió los ojos con sus imágenes", aseguró Gusenbauer en un comunicado.

Sus dibujos, ácidos, provocadores e irreverentes, sacaron los colores a la Iglesia, los políticos y la sociedad austríaca en general, sin dudar en entrar en temas polémicos como el pasado nazi del país o los abusos a menores por parte de sacerdotes católicos.

De hecho, fue denunciado en varias ocasiones, ataques ante los que siempre reaccionó con humor.

"Era un caricaturista político y se encuentra, sin duda, entre los grandes artistas de Austria," dijo Gusenbauer a la agencia austríaca APA.

La obra de Manfred Deix incluye temas de actualidad, sociedad, política y escenas domésticas y sus dibujos se han convertido en clásicos de la historieta austríaca y ha influido en otros dibujantes.

Deix publicó sus dibujos en las revistas políticas austríacas "Profil" y "News", pero también en el diario alemán "Der Spiegel" o la revista norteamericana "Playboy".

Después de su primera recopilación de dibujos en el libro "Cartoons" en 1980, le siguieron otras publicaciones como "Der goldene Deix" (El Deix de oro) o "Der heilige Deix" (El Santo Deix) y "Für immer Deix!" (Para siempre Deix) en 2012.

A través de sus personajes, figuras normalmente poco agraciadas, conocidos como "Deixfigur", analizó "las profundidades del alma austríaca", según el museo.

Manfred Deix jugó un papel decisivo en la fundación del Museo de la Caricatura de Krems, el único museo de sátira pictórica y gráfica crítica en Austria, donde se exhibe actualmente una exposición de su trabajo "Fur immer Deix!" hasta el 16 de enero de 2017.