Fallece escritora mexicana Amparo Dávila a los 92 años de edad

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Fallece escritora mexicana Amparo Dávila a los 92 años de edad

Foto: Cuartoscuro / La escritora en el momento de su cumpleaños número 90
Fue la hija de la escritora quien reportó su muerte, la zacatecana deja un valioso legado literario para México y el mundo

Esta tarde falleció la escritora Amparo Dávila en ciudad de México. Fue su hija Luisa Coronel quien confirmó la noticia.

La escritora zacatecana Amparo Dávila, autora de Árboles petrificados y El Huésped, considerada como una de las más importantes figuras en el género fantástico, tanto en México como en Latinoamérica, falleció a los 92 años de edad.

De acuerdo con especialistas Dávila es comparable con Inés Arredondo. En el marco de los festejos de su 90 aniversario en Bellas Artes compartió que quería publicar la semblanza de su muerte.

El INBA realizó en 2018 diversas actividades  en el Palacio de Bellas Artes y en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, parar abordar la figura de la cuentista como influencia entre las nuevas generaciones.

Pocos, pero trascendentes, son los libros que ha escrito Amparo Dávila en su trayectoria literaria. Primero fue la poesía: "Salmos bajo la luna" (1950), "Meditaciones a la orilla del sueño" (1954) y "Perfil de soledades" (1954), obras que creó en su natal Pinos, Zacatecas.  

Ya en la Ciudad de México se acercó a la narrativa y en 1959 publicó "Tiempo destrozado"; "Música concreta" en 1964 y "Árboles petrificados" en 1977, con el cual ganó el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores.

La connotada escritora compartió además con la Coordinación Nacional de Literatura un fragmento del texto inédito titulado La semblanza de mi muerte: “Que no muera un día nublado ni frío de invierno, y me vaya tiritando de frío y de miedo ante lo desconocido, ese mundo de sombras. No, así no. Sin rostro que camina siempre a mi lado o que me aguarda al doblar la esquina. Y ese misterio insondable que no logramos develar y que angustia y perturba la existencia. Quiero irme un día soleado de una primavera reverdecida llena de brotes y de pájaros y de flores, para buscar mi jardín del Edén, mi paraíso perdido y gozar de los frutos de la vid y de la higuera, el perfume de los cerezos y los naranjos en flor, el calor del sol que no se oculta nunca”, leyó.