Fallece el honorable saltillense Onésimo Flores Rodríguez

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Fallece el honorable saltillense Onésimo Flores Rodríguez

Fotos: Especial
El viernes por la noche se informó del delicado estado de salud del catedrático, quien logró pasar la noche y fue hasta hace unas horas que se confirmó su deceso en un hospital de la ciudad

Familiares y amigos confirmaron esta tarde el sensible fallecimiento del notario Onésimo Flores Rodríguez, quien se desempeñó durante años como catedrático en la Facultad de Jurisprudencia en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).

Hombre de leyes, notario público, exdirector de la Facultad de Jurisprudencia y consejero electoral, Flores Rodríguez deja a Coahuila, y a Saltillo, su tierra, un gran legado.

Descendiente también de un gran notario público, Onésimo Flores Aguirre, Flores Rodríguez tomó las riendas del fíat notarial que dejó su padre el 31 de marzo de 1995.

En aquella fecha de 1995, el Periódico Oficial de Coahuila publicó que Flores Rodríguez asumía la notaría pública número 9 con sede en Saltillo.

Dentro de su carrera como abogado llegó a convertirse en el director de la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC, cuando el rector era Jesús Ochoa Galindo.

Con él al frente, la facultad más prestigiada de la región cambió del programa anual al semestral, evolucionando la educación de los futuros abogados.

 

Onésimo, quien también fue editorialista, llegó a convertirse en consejero electoral en el desaparecido Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPC), cuando lo dirigió Homero Ramos Gloria.

EXTERNAN SU PÉSAME

Miembros de la comunidad estudiantil y saltillenses externaron su pésame a la familia, dedicando oraciones a quien fue un prestigiado abogado y maestro, que además impartió clases para la UNAM, Saint Mary’s University y la Universidad de Texas.

Según informó su familia, mañana se realizará un amisa de cuerpo presente en el Oratorio Renacimiento, donde también sería velado.

Además, también mañana, la Facultad de Jurisprudencia realizará un homenaje póstumo en memoria de Onésimo Flores Rodríguez.

"Estimados compañeros, maestros y alumnos de nuestra querida Facultad de Jurisprudencia (...) el día de mañana tendremos un homenaje póstumo en la explanada de nuestra Facultad. Les invito a darle el último adiós a nuestro amigo, compañero y maestro", difundió a través de sus redes Francisco Luis Yáñez Armijo, director de la Facultad de Jurisprudencia. 

Hereda un retrato lírico de Coahuila

Por: Priscila Chavarría

Entre el legado que el notario Onésimo Flores brindó en vida a la comunidad en los distintos ámbitos en los que se desempeñó, destacando principalmente en lo académico, sobresale aquel que lo definió como un hombre culto, regalando a la ciudad el libro “La Ciudad de las Montañas Azules” de su propia autoría.

En su momento, Flores Rodríguez describió su obra como un retrato lírico en el que hace un repaso sobre Coahuila, su capital y sus ciudadanos, en donde además retrata y profundiza la vida de los saltillenses como una manera de expresar su amor por Saltillo.

Al respecto, la escritora Claudia Luna Fuentes, definió “La Ciudad de las Montañas Azules”, como un libro que devolvió el color a la Sierra de Zapaliname. “Son relatos sobre la sierra, ‘La Ciudad las Montañas Azules’, habla sobre ello y eso es muy bonito, porque nos devuelve el color a la sierra a través de esas reflexiones políticas y filosóficas”.

Veo a Saltillo desde un mirador en las montañas y diviso una ciudad blanca, o tal vez multicolor, pero siempre en tonos claros; una ciudad amanecida, como dice el poeta Jesús Flores Aguirre; la veo extendida al pie mismo de las montañas escurriendo sus colores por todo el valle; observo atentamente y veo las torres de su catedral y de sus iglesias; veo su centro histórico aglutinado y compacto, veo el verdor de sus parques y sus plazas y veo al Saltillo nuevo, las chimeneas de sus fábricas, las líneas de sus calles, sus caminos, y sus vías férreas”. Texto tomado de “La Ciudad de las Montañas Azules”. 

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"Le gustaba el buen vino, la buena amistad, era un hombre de buen vivir y esas personas nunca sobran… lo vamos a extrañar”.
Gerardo Pérez Pérez, abogado.

ALTO SENTIDO DE LA AMISTAD

Fue hace 25 años cuando el abogado Gerardo Pérez Pérez, conoció a Flores Rodríguez. 

Gerardo era su alumno en aquel entonces, sin embrago con el paso de los años y la gracia de la coincidencia, tuvo la oportunidad de conocer al licenciado Onésimo desde un punto privilegiado, como un amigo. 

Pérez Pérez lo describe como un hombre culto, que escribía lo que sentía, que pensaba lo que escribía, pero sobretodo entregado a la docencia, generoso a la hora de impulsar a varios de los muchachos que aspiraban por el aspecto profesional. “Si hay un punto que debemos de destacar del licenciado es el compromiso con la formación de abogados”. 

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"Voy a recordarlo como un gran amigo, siempre solidario y en la vida recordemos que no hay mejor tesoro que un buen amigo”.
Francisco Yáñez Armijo, director de la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC.

GRAN LEGADO ACADÉMICO

Por su parte, el director de la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC, Francisco Yáñez Armijo, destacó de igual manera la amistad que siempre brindo a quienes lo rodearon como un aspecto distintivo del catedrático, así como un sentido de responsabilidad que siempre desempeñó en su catedra frente a sus alumnos y durante su gestión al frente de la facultad, dejando así un gran legado académico en la universidad. 

“Fue un hombre que supo dirigir atinadamente los destinos de nuestra facultad durante seis años consecutivos, un hombre que supo plasmar en el mural de nuestra facultad la historia de la misma”. 

Un estudioso con maestrías en universidades extranjeras. Tenía un amplio conocimiento del derecho el cual transmitía día a día a sus alumnos. Un excelente maestro difícil de reemplazar”.
Rodolfo Rabago Rabago, abogado.

DIFÍCIL DE REMPLAZAR

El abogado Rodolfo Rábago Rábago, lo reconoció como un profesional con una gran experiencia en cuestión de derecho, así como un gran estudioso que obtuvo maestrías en el extranjero como en la Universidad de Chicago y en la Universidad de Madrid. 

Para Rábago Rábago el gesto que los alumnos de Onésimo Flores tuvieron durante su hospitalización cuando se requirió de la donación de sangre, es una muestra indudable del legado que el académico dejó entre quienes lo conocieron.

“El legado que deja es la respuesta que el día de ayer tuvieron sus alumnos al requerirlos de que donaran sangre”.