Fallece alcohólico al interior de su vehículo; buscó ayuda pero siempre recaía

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Fallece alcohólico al interior de su vehículo; buscó ayuda pero siempre recaía

Deceso. En el asiento trasero de un auto quedó el cuerpo de Javier Torres Cepeda, de 36 años de edad. / Jetza Múzquiz
La última vez que Rocío vio a su hermano fue el lunes por la tarde

A pesar de que buscó y recibió ayuda por todos lados, sus constantes recaídas en el alcohol pronto condujeron a la tumba a un hombre que, la mañana de ayer, fue localizado sin vida al interior de un vehículo.

Javier Torres Cepeda, de 36 años, sucumbió –probablemente a causa de una congestión alcohólica– ante el vicio que desde hacía más de 10 años lo perseguía, desde que se separó de su mujer y se sumió en la depresión.

Su hermana mayor, Rocío Torres Cepeda, explicó que Javier buscó ayuda por muchos lados, sin embargo siempre recaía, hasta que finalmente terminó con su existencia.

La última vez que Rocío vio a su hermano fue el lunes por la tarde, cuando él llegó a su hogar en la calle 1 de Mayo, en la colonia Centenario, pero no notó nada extraño en él, simplemente platicaron un rato y luego se fue a dormir.

Todo el martes Javier estuvo ausente, hasta que en la noche llegó con unos amigos que viven en la calle 26 de Marzo de la misma colonia, donde estuvo tomando hasta altas horas de la noche.

Se quedó dormido en el asiento trasero de un coche Pontiac Grand Prix, donde perdió la vida, siendo encontrado alrededor de las 11:00 de la mañana, cuando los vecinos notaron la presencia del cuerpo.

De inmediato llamaron a la Cruz Roja pensando que Javier se encontraba inconsciente, sin embargo los paramédicos confirmaron que ya no contaba con signos vitales desde hacía varias horas.

Elementos de la Policía Municipal llegaron para acordonar el área, esperando el arribo de las autoridades ministeriales, mientras que poco a poco fueron llegando los familiares del fallecido, entre ellos su hermana y sus papás.

Rocío explicó que su hermano estuvo casado y tuvo dos hijos durante su matrimonio, el cual terminó hace 10 años aproximadamente, desde entonces se sumió en el alcohol y, aunque trató de salir, nunca lo consiguió.

“Estuvo en Alcohólicos Anónimos, iban a la casa personas católicas, personas cristianas, evangelistas que le leían la palabra, la última vez que buscó ayuda estuvo donde Papá Polo, pero salió de ahí y volvió a recaer”, relató Rocío.