A ‘extra innings’
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A ‘extra innings’
Salvo prueba en contrario, me arriesgo con la siguiente hipótesis: seguramente ni cuando Carmen Aristegui conducía los programas mensuales del –¿extinto?– Instituto Federal Electoral tuvo tanta audiencia la transmisión de una sesión del Consejo General de dicho órgano colegiado. O al menos no en Coahuila.
Pero ayer nos mantuvieron –bueno; a algunos– pegados a la pantalla durante nueve horas con la intención de conocer, de primera mano, la decisión final del INE respecto de la revisión realizada a los gastos de campaña de los candidatos a la Gubernatura de Coahuila. De paso, claro, nos enteraríamos de los entre telones de Nayarit y el Estado de México.
Al final, sin embargo, la decisión fue una un poco diferente: se prolongó la incertidumbre por dos días y medio más… Hasta el próximo lunes, a las 10 de la mañana, para ser precisos.
¿Cuál es la traducción material del “receso” decretado en el INE recurriendo a la “teoría del reloj legislativo”? (si usted no entiende el chiste, lo lamento profundamente, pero no lo voy a explicar ahora. Me disculpo por la mezquindad).
El asunto es más o menos simple: como se ha publicado en los
últimos días, tras difundirse el dictamen de la Comisión de Fiscalización del INE, según el cual, salvo Mary Telma Guajardo y José Ángel Pérez, el resto de los candidatos habrían mentido, y tanto Memo Anaya, como Miguel Riquelme habrían violado el tope de gastos de campaña, todo mundo puso el grito en el cielo y se quejó de la ausencia de rigor en el dictamen.
Y como no se trata solamente de hacer declaraciones de ocasión a los medios, los dirigentes de los distintos partidos políticos cancelaron sus actividades de la semana y –literalmente– se mudaron al INE para desayunar, comer y cenar con los consejeros de dicho Instituto.
Sus esfuerzos habrían valido la pena: la noche del jueves, unas horas antes de iniciar la “histórica” sesión en la cual se discutiría el dictamen sobre los gastos de campaña –con el cual se aproximaría la posibilidad de anular la elección de Gobernador del 4 de junio pasado– comenzó a circular un rumor: los consejeros del INE habrían “modificado” su criterio.
Ayer, cuando ya habían sobrepasado las reglamentarias ocho horas de discusión, pero los consejeros habían decidido agregarle otras tres al debate, la confirmación del rumor llegó: el consejero Ciro Murayama informó haber recibido, momentos antes, un “engrose” de más de 120 páginas relativo al dictamen de gastos de campaña de Nayarit.
Justamente ese dictamen estaba discusión en ese momento, pero el “engrose” implicaba, seguramente, modificaciones sustanciales al dictamen circulado el sábado anterior y eso no puede analizarse en dos minutos. Ahí surgió la idea de suspender la sesión, primero unos minutos y luego dos días y medio.
Porque si el “engrose” de Nayarit tenía más de 120 páginas, seguramente el de Edomex y Coahuila serían, cuando menos, igual de voluminosos. Echarse más de 350 páginas de un sentón está complicado… y si son de cosas aburridas como criterios de fiscalización, pues peor.
Algunos se estarán preguntando a estas alturas sobre el significado de la palabra “engrose” y vale la pena ser generosos en eso (puedo no contarle la historia del “reloj legislativo” pero no voy a ser cruel en exceso): “engrosar” un dictamen –o un proyecto de sentencia– implica incorporar a éste las consideraciones de una discusión sobre su contenido.
Y eso nos lleva a un tema importante: si lo circulado hoy fue un “engrose” entonces es cierta la historia según la cual los integrantes de la Comisión de Fiscalización del INE fueron “convencidos” de haber utilizado criterios “incorrectos” en el dictamen inicial, razón por la cual habrían celebrado una reunión, antes de ayer para discutir nuevamente el documento y enviar una nueva versión del mismo a la mesa del Consejo General.
Pero “engrosar” un dictamen no es cosa sencilla. Entre otras cosas, resulta indispensable cuidar en el proceso no “descuadrar” el texto sino mantener su coherencia inicial a pesar de la incorporación de los nuevos criterios… y eso tiene su chiste.
Seguramente por eso, quienes se encargaron del “engrose” no lograron terminar antes y finalmente entregaron el primero de los dictámenes modificados casi al mismo tiempo en el cual Lorenzo Córdova estaba sometiendo a votación el documento…
ARISTAS
Por lo demás, no se preocupe: estas cosas son normales. Las redes sociales, por desgracia, nos han acostumbrado a una inmediatez de la cual la realidad no suele hacerse cargo: nosotros podemos estar absolutamente impacientes por conocer el resultado de este proceso, pero la llegada del veredicto final se tardara… el tiempo necesario.
Y, de todas formas, el lunes no quedará zanjada esta historia, pues la incertidumbre bien puede prolongarse hasta el último día de noviembre. Eso sí: no pasará de allí.
¡Feliz fin de semana!
@sibaja3
carredondo@vanguardia.com.mx