Exilios floridos

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Exilios floridos

América Latina tiene poetas. Tierra de poetas. Defensa contra todo tipo de opresión, la libertad. Y la libertad de la palabra es al final de cuentas, lo más punible en regímenes totalitarios. Desde tiempos de la antigüedad se sabe: un verso (la palabra escrita) preocupa más a los gobernantes, que las balas de un arma automática. Pablo Neruda, Octavio Paz, Gabriela Mistral… tres poetas, tres Premios Nobel latinoamericanos. Así de rápido la cuenta de los años, los lustros y los días. América Latina es tierra de poetas. 

Uno de ellos estuvo exiliado y aún hoy hay ecos de su muerte y estigma, Pablo Neruda. El sabio Octavio Paz luchó contra aquello a lo cual nombró “el ogro filantrópico”. Sus palabras suscitaban ecos y olas de carácter memorable.   Tanto Neruda como Paz han sido bien leídos y sus versos habitan la memoria de todo mundo. Bandos acaso irreconciliables. La militancia política de uno en contra de la palabra prístina del segundo. Ambos, poetas.

Y hablando de buenos escritores, buenos poetas, la editorial Fondo de Cultura Económica recién distribuye un libro excepcional, la “Obra poética” del escritor chileno (de origen y padres palestino y libanés) Mahfud Massís (1916-1990). Ironías de la vida, cuando el poeta se disponía a regresar a Chile, su tierra natal, luego de un terrible exilio en Venezuela, fue asaltado al salir de un Banco caraqueño, las heridas que le infringieron al final de cuentas lo llevaron a la tumba. No llegó a su destino. Vida ruda, difícil, lo cual dejaría como jirones de vida en su poesía en la cual escribiría en uno de sus textos: “hay ratas y magnolias en mi lenguaje.”

Obra de proporciones centáureas, más de 490 páginas, donde sus versos están plagados de su “ironía manifiesta, el ritmo, la musicalidad de los versos, la crítica racial, la primacía de los elementos mortuorios y el uso de las repeticiones, aliteraciones, intensificación del adjetivo y la antítesis”, ha señalado con acierto en la presentación de la obra, Naín Nómez. El poeta vivió años de persecución, como Pablo Neruda, a quien criticó en sus ensayos, por cierto. Años de dictaduras latinoamericanas. 

Y sí, en aquellos lustros se luchaba por algo tan intangible como bíblico, la libertad. Escribe Mahfud Massis. “En Caracas,/ sólo unas turbias monedas, y un ángel/ con la lengua/ cortada/ calientan la sopa del exiliado, su vano rencor”. Una sopa es confort para el alma. Cuando ésta se ofrece en el doloroso exilio o sufrimiento antes de la muerte, se convierte en el agrio testigo “de los encuentros perdidos”.  

Esquina-bajan
Mahfud Massis dejó una obra poética escrita no con palabras, sino con sudor, rabia, sufrimiento e incluso, con su propia linfa. Poemas donde el dolor hiere en cada verso. Carga en su alforja de exiliado con todos los males, todo el padecimiento de aquellos ateridos de alma y corazón los cuales buscan, como Ulises, volver: “Si muero en Caracas,/ simplemente de tristeza o de terror,/ después de haber tragado tanto gas negro,/ avisa a los mendigos/ y que venga el león oscuro, el ángel vengador,/ y traiga aquella sopa/ agria/ de los encuentros perdidos”. 

Años duros, como todos, sin duda, pero el tiempo pasado siempre va retar acusador. ¿Se desafiaba a la autoridad oficial? Terminaba uno muerto. Hoy se desafía a los poderes oficiales a través de una cuenta apócrifa de correo electrónico y desde la mullida cuna de un sillón. Basura. Sin honor, nombre propio ni apuesta. Años turbios y densos de persecución. Tiempos de las dictaduras latinoamericanas, repito. El poeta lucha contra ello, no se arredra ante el combate y su pluma es su armadura, espada, yelmo y alabarda. Eran otros tiempos, tiempos de hombres como rocas con verbo de fuego. 

Caray, a otro público con semejantes versos. Hoy, los escritores quieren ser becados a los 20 años, ocupar un puesto en la burocracia del Instituto Coahuilense de Cultura de Ana Sofía García Camil y entregarse a la genuflexión y a fundamentar las erráticas políticas culturales en turno. Escribe Mahfud Massis: “Hago sonar mi tambor solitario en la noche./ ¿Quién guardará los gusanos de mi amor?...”.

Letras minúsculas
América Latina tiene poetas. Tierra de poetas. Defensa contra todo tipo de opresión, la libertad. Y la libertad se huele en los versos de Mahfud Massis.