Opiniones encontradas rodean a los feligreses del templo del Santo Cristo del Ojo de Agua, referentes al caso del expárroco Humberto Álvarez y su abandono de la vida clerical.

Ayer VANGUARDIA publicó una fotografía donde el ahora ex sacerdote aparece con su hija y con la que sería la madre de la pequeña, por lo que algunas personas creen que no hay que juzgarlo, mientras que otras dicen que él nunca tuvo “finta” de padre porque acostumbraba hacer fiestas y embriagarse en el mismo templo.

María de los Ángeles Espinoza, quien siempre se ha congregado en este templo, manifestó que tanto ella como otros feligreses se sintieron muy consternados con la partida del padre Humberto, y más ahora que se dice que tiene esposa e hija.

“Pues yo creo que lo que hizo no es correcto, porque pues era padre y tenía a alguien y una hija, no lo juzgo pero sí creo que hizo mal y que debió de pensar las cosas, aunque también es bueno que se haya separado de la Iglesia si estaba haciendo esas cosas”, dijo.

‘No tenía finta de sacerdote’
Por su parte, Gerardo Mendoza dijo que siempre desconfió del padre Humberto, pues lo vio en varias ocasiones teniendo comportamientos impropios para un cura.

“Pues para mí, ese nunca tuvo finta de padre, siempre hacia cosas que no debía, se ponía a tomar ahí en la iglesia, hacia fiestas en su casa donde la gente se embriagaba y además agarraba dinero de la iglesia, a mí nunca me gustó cómo era”, señaló.

‘Tiene derecho a ser feliz’
Leticia López piensa que nadie tiene derecho a criticarlo y que se debe de respetar su decisión. “Yo no me siento con el derecho de juzgarlo y creo que nadie lo tiene, es humano y tiene derecho a ser feliz”.

No está de acuerdo
Irma Rentería, por su parte, expresó que no le parece correcta la manera de proceder del padre y que no está de acuerdo en que durante su vida eclesiástica haya hecho ese tipo de cosas.

Mientras, en redes sociales la mayoría de los comentarios que se hacen por la fotografía en la que aparece con su esposa y su hija, son en favor del polémico personaje.

Humberto Álvarez renunció a la sotana, dejando un sinfín de proyectos inconclusos en el templo del Ojo de Agua.