Evaristo Madero, el ‘Putin de Parras’
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Evaristo Madero, el ‘Putin de Parras’
Evaristo Madero Marcos es el “Putin de Parras” porque, salvando la abismal diferencia entre el cacique vernáculo y el cacique de Rusia, Vladimir Putin, diremos que ambos sátrapas coinciden en que van por su cuarta reelección para presidir a sus propios pueblos y, asimismo, que ambos han hecho uso del veneno para perpetuarse en el poder. Claro, en el caso de Evaristo, el veneno de las dádivas de campaña para seguir manteniendo idiotizada a su clientela electoral.
Y conste que al llamarlo “Putin” no estamos insinuando que Evaristo Madero sea homosexual, sino todo lo contario, es tan “machín”, que ya destruyó varios hogares en su afán narcisista de ostentarse como el perfecto galán de esquina, aunado al fetichismo enfermizo que siente por las chanclas viejas, esas que otros tiran y nadie vuelve a levantar.
El “Putin de Parras” ha dicho que se reelegirá por cuarta vez porque, según afirma, alguien le dijo a su hijo que él era narcotraficante y no político. Y sus opositores se preguntan ¿qué opinarán los hijos de los matrimonios que él ha destruido?
Los escándalos sexuales se hacen públicos cuando se pagan con dinero del erario, porque si el “Putin de Parras” pagara con dinero propio esos caprichos, nadie reclamaría; de ahí la razón por la que el cacique no da a conocer la nómina municipal.
Conviene citar los editoriales de VANGUARDIA del jueves y viernes pasados, que tratan el asunto de los “aviadores” que cobran del erario sin trabajar, como actualmente sucede en Parras, donde existen decenas de pensionados pagados por el municipio sin tener derecho alguno a ello, sino el aval de Evaristo Madero, que se ha valido de su cacicazgo para ir pensionando a parientes, amigos, amasias, empleados de su empresa y lambisconas como Aguardientina, los que por años han sangrado la nómina municipal, ya que Parras no tiene un sistema formal de pensiones.
Es el caso del gerente de la empresa particular del cacique, Paulino González López, que por muchos años ha sido un “aviador” de millones de pesos al año en la Alcaldía, sin que ponga un pie en ella y que actualmente cobra un sueldo íntegro en el Municipio mientras trabaja de tiempo completo en la empresa particular del alcalde Madero, sin que todo el sistema estatal anticorrupción diga algo al respecto.
En Coahuila son muchos los políticos que deberían estar en la cárcel con sus fortunas incautadas. Pero todo apunta a que el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) no será más que otra instancia vampírica burocrática como Gabriela de León y el Instituto Electoral de Coahuila (IEC).
Y por favor, no olvide usted que los del IEC, el ICAI y el SAE, entre otras instancias, son entidades vampíricas que viven chupándonos la sangre, lo cual es una metáfora porque en realidad lo que se chupan son los anhelos, la esperanza y las oportunidades de progreso y bienestar de los coahuilenses. Y conste que estos personajes draculescos no viven en ataúdes ni catafalcos, ellos habitan lujosas oficinas sin temor a los crucifijos, los ajos o el agua bendita. Y aunque parecieran eternos, nos queda la esperanza de que algún día podremos clavarles una estaca en el fondillo a estos chupasangre, donde más les duela, y sólo así entenderán que no deben seguir urdiendo sus tenebras. Vale.