Evaluando a López-Gatell

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Evaluando a López-Gatell

Si bien la pandemia aún no termina y el subsecretario Hugo López-Gatell sigue al frente de la estrategia nacional para atender la crisis de COVID-19, la semana pasada concluyeron las ruedas de prensa diarias vespertinas, para informar a la población sobre el coronavirus, cerrándose así un ciclo, que nos permite evaluar, al menos de manera parcial, la gestión de López-Gatell.

México fue uno de los países que más daño recibió por la pandemia, con más de 230 mil muertes por COVID-19, ubicándose en el cuarto lugar a nivel mundial y con un número indeterminado de personas que se contagiaron, porque en ese rubro las cifras no son confiables y no lo son precisamente por una decisión de López-Gatell, que en lugar de apostar por un esquema de pruebas a todo caso sospechoso, optó por el modelo de vigilancia centinela, que nunca probó tener utilidad alguna, y de hecho, sus datos dejaron de ser compartidos a las pocas semanas, debido a su escasa capacidad de explicar la realidad.

El propio Gatell se equivocó de forma garrafal con el estimado de muertes, ya que las ubicó en 35 mil personas, con un escenario catastrófico de 60 mil, sin embargo, hoy hemos casi cuadruplicado el escenario catastrófico.

Ante una enfermedad con un alto grado de personas asintomáticas, cabe preguntarse si la decisión de López-Gatell de utilizar el modelo centinela, en lugar de apostar por una masificación de las pruebas diagnóstico, costó vidas de miles de mexicanos. Pero quizá la decisión que costó más vidas fue la negativa reiterada durante meses a recomendar, incluso a exigir, el uso obligatorio de cubrebocas en la población mexicana, que a la larga probó ser un error, porque hoy todos los países tienen al cubrebocas como una herramienta esencial de protección.

Por si fuera poco, en al menos dos ocasiones López-Gatell fue captado en espacios públicos sin atender sus propias recomendaciones, la primera yéndose de vacaciones en plena pandemia y saliendo a comer a restaurantes y la segunda y más grave, cuando después de haberse contagiado de COVID y aún con la enfermedad, se paseó en un parque por su casa con su novia, sin utilizar cubrebocas, lo cual implicaba un riesgo de contagio a las personas que estuvieran en el lugar y constituye un delito.

Quizá el único proceso en donde México puede decir que ha hecho bien las cosas, es en la vacunación, que ha tenido un avance importante, aunque aún falte mucha población por vacunarse. Sin embargo, el proceso de compra de vacunas no ha estado en la cancha de Gatell, sino en la de Marcelo Ebrard y en la aplicación han participado además del sector salud, la Sedena, de forma que el mérito no es atribuible a Hugo, al menos no de forma completa.

En conclusión, lo que parecía una meteórica carrera como funcionario, ha terminado en un estrepitoso colapso, en donde se le recordará como el principal responsable de la muerte de miles de mexicanos, aun cuando la culpa sea compartida y cargará a lo largo de lo que le quede de carrera con una pesada losa.

victorsanval@gmail.com

@victorsanval