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Evaluación cara a cara a los políticos en cargos público
La parte más difícil al final de una instrucción académica o del ejercicio de una gestión política es la evaluación, que es cuando se valora el esfuerzo realizado.
Desde la niñez, el sistema educativo se encarga de irnos preparando para encarar con las evaluaciones. Anteriormente en el caso de los escolares había calificaciones reprobatorias que ahora son prácticamente prohibidas, encontrando analfabetas en alumnos que han cursado la primaria.
Con lo anterior, México pierde porque en la medida en que sigamos teniendo estándares bajos de aprovechamiento escolar, de acuerdo a la OCDE, seguirá existiendo la brecha entre los que saben algo y los que saben menos.
La multicitada pandemia a la que vemos cada vez con más familiaridad, por un lado, ha fortalecido los conocimientos básicos de las madres heroicas que han sido literalmente las profesoras de sus hijos, pero cuando en los hogares hay ausencia de conectividad electrónica, los educandos se quedan sin la posibilidad de instruirse y son miles que serán parte de una generación perdida.
¿Quién va a evaluar a los padres, profesores y al sistema educativo que dejan pasar el que muchos infantes no estén tomando clases virtuales de primaria?
La virtualidad está tomando un lugar que no perderá y ahora muchas evaluaciones académicas son por este medio.
El viernes pasado fui uno de los jueces del examen de grado de Sergio Leguizamón, previo a la revisión del trabajo de grado para titularse como Maestro en Gestión Empresarial por la Universidad El Bosque en Bogotá, Colombia. En un lapso de dos horas, Jaime Romero, director de la Maestría fue guiando la evaluación en la que también participó el principal asesor del tesista. Esta situación, inédita para mí, me dejó claro que la forma de evaluar es bien distinta a lo que fue convencional.
Enviaron un archivo electrónico para la rúbrica de los dos jueces, que se enviaría electrónicamente luego de expresar el veredicto de manera virtual. Finalmente, el estudiante evaluado obtuvo el grado de maestro.
También he participado en votaciones internas de la Canacintra dentro de las asambleas nacionales, mismas que son válidas para expresar si los directivos estamos o no de acuerdo con alguna iniciativa; y en foros de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas en las que hay retroalimentación entre expositores y participantes.
¿Qué hombre o mujer de los que ostentan algún cargo de elección popular se atreverían partiendo de un espacio muestral representativo a ser evaluado en tiempo real sobre sus resultados?
Hay municipios en los que no se conoce a quienes tienen el cargo de diputados locales por su distrito electoral; hay diputados federales y senadores que están ausentes que hacen todo para visibilizarse sólo para comentar cosas nimias y payasadas.
Los ciudadanos queremos evaluar a los políticos en cargos públicos cara a cara, aprovechando la virtualidad. Hay casas encuestadoras y medios de comunicación impresos que hacen sus propias evaluaciones, pero aspiro a que algún político de los que aspiran a retener el poder en las elecciones del próximo mes de junio, promoviera con metodología estadística abrir la posibilidad de ser evaluado por personas que puedan hacerle preguntas después de calificarlo para ver si merece tener el cargo que pretende.