Eufemismos
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Eufemismos
La palabra eufemismo se puede definir así: Expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca. El temor al “Que dirán” a estar en contra de la opinión mayoritaria. Es la prudencia que cae en cobardía, como diría Martin Descalzo.
Para pasar por ser políticamente correcto se evitan tocar ciertos temas. Se evitan los temas polémicos para evitar quedar mal con alguien. Temas que podrían herir a personas de piel muy delgada. Esta práctica ha ocasionado que el diccionario de eufemismos se haga muy grueso.
Ya a casi nada se le llama por su nombre para no ofender. Es una tolerancia mal entendida. Escuchamos la frase “No hables de política ni de religión para no caer en polémica.”
Quedan entonces solo temas de conversación superficiales y huecos. Tonterías sin importancia como las que platican los adolescentes inmaduros. Es la llamada doctrina del “quererquedarbienísmo” Eso tiene lógica hasta cierto punto para un político que vive de la aprobación de las mayorías.
Lo raro es que se haga práctica común en muchos ciudadanos que no aspiran a un cargo público. Y en esa simulación o aparentar que con tanta maestría manejan los políticos, los deja sin creencias ni valores, sin principios auténticos que sustenten su actuar.
Se actúa de acuerdo a lo que la mayoría haga o piense, para no ser excluido ni tachado de raro. Sin importar si está bien o mal. Se piensa que si lo hace la mayoría, entonces debe estar bien.
A un diputado le robaron un reloj con valor de 126 mil pesos. Creo que lo robaron dos veces, primero cuando le cobraron esa cantidad y después cuando le quitaron el reloj. Aldana dijo que no denunció el atraco ante las autoridades debido a la burocracia que esto representa. El señor sabe de lo que habla, el forma parte de esa burocracia, y no hace nada para resolverla. Esta semana escuche en la calle esta frase sueltas: “son los que mueven al mundo” refiriéndose al gobierno. El diputado al que le robaron dijo que “el reloj era un símbolo de su personalidad”.
Los eufemismos son un síntoma del tratar de ser políticamente correctos. Podemos ver ejemplos de ello en las conversaciones y frases: Dama de compañía de moral relajada, en lugar de decir prostituta que cobra caro.
“Trabajar como persona de color con aspecto típico de afroamericano común para vivir como persona de ascendencia europea.” En lugar de decir trabajar como negro para vivir como blanco. La frase común para romper noviazgos: “No eres tú, soy yo.” Traducción: Ya no te soporto, prefiero echarme la culpa con tal de no verte más. A producto ovoide de gallina, en lugar de decir simplemente: “A huevo”.
Lo que me gusta del periódico El Guardián es que resulta explícito y entendible para cualquier personal: “Los atoran con el pisto”, “Les dan gato por liebre”, “Prostis malandras en Ramos Arizpe Ladrones agarran dormido al velador y lo dejan como tamal”. Las frases políticamente correctas o eufemismos, las podemos ver en los medios que reflejan declaraciones de políticos: “Finanzas opacas o reprobados en transparencia,” “Pacto civil de solidaridad.”
En lugar de decir… usted ya sabe qué. En fin hay que llamar a las cosas por su nombre, sin llegar a agredir y ser hirientes, hay que ser auténticos y defender lo que creemos, actuar en consecuencia sin temor al que dirán. Parecer políticamente correctos no debe ser tarea de ciudadanos, puede hacer que se pierda lo que realmente somos y nuestros valores.