ETS: un silencioso problema de salud pública

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ETS: un silencioso problema de salud pública

Aunque las ETS es parte de la vida íntima de las personas, también estamos hablando de un problema de salud pública que debe ser planteado abiertamente pues se trata de padecimientos que es necesario mantener bajo control.

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) no suelen ser noticia porque, por regla general, se trata de padecimientos que, quienes los sufren, prefieren mantener en el anonimato. Sin embargo, constituyen un problema serio de salud pública porque su propagación se realiza de forma silenciosa.

Y justamente por ello es que, cuando tales padecimientos registran un repunte en las estadísticas sanitarias, resulta indispensable poner sobre la mesa la estadística e insistir en la necesidad de observar medidas mínimas de seguridad para evitar su propagación.

De acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición, las autoridades sanitarias de Coahuila han identificado un crecimiento relevante en tres de las enfermedades de transmisión sexual más conocidas: la sífilis, la gonorrea y el herpes genital.

El número de casos registrados puede parecer poco significativo si se compara con la población adulta de la entidad, pero lo importante es que las cifras relativas se han disparado: durante el primer semestre de 2021 se han registrado 140 por ciento más casos de sífilis, 60 por ciento más de gonorrea y 13 por ciento más de herpes que en todo 2020.

Otro dato preocupante es que durante el primer semestre de este 2021 se han detectado casi 74 por ciento de todos los casos de VIH diagnosticados durante el año anterior, por lo que de seguir esta tendencia podría rebasarse la cifra con la cual cerramos el 2020.

La estadística indica claramente que es necesario reforzar las campañas de educación sexual a fin de que todas las personas con una vida sexual activa observen las medidas de prevención que les coloquen fuera de las estadísticas que hoy reportamos.

Es cierto que, en el caso de las ETS, estamos hablando de la vida íntima de las personas, pero también estamos hablando de un problema de salud pública que debe ser planteado abiertamente pues se trata de padecimientos que es necesario mantener bajo control.

También es necesario decir que en este caso existen poblaciones vulnerables a cuyos integrantes debe apoyarse con información que les permita entender los riesgos que implica contraer una de estos padecimientos.

Porque, más que los vectores a través de los cuales se transmiten estas enfermedades, es la falta de información la que constituye el riesgo más alto para quienes se encuentran en los grupos más susceptibles de contraer alguna de las enfermedades que se diseminan por contacto sexual.

Cabría esperar por ello que frente a la estadística, las distintas autoridades que deben actuar en este sentido desplieguen una estrategia tendiente a contener el avance de las ETS durante la segunda mitad del año, pues de continuar la tendencia observada en los primeros seis meses de este 2021 corremos el riesgo de que el problema se salga de control.