Eterno destino

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Eterno destino

 ¿Se prepara ya la tercera evasión?

La noticia tuvo virulencia de red desde cumbre mediática. “Misión, cumplimiento, estado de derecho”. Los ecos internacionales difundieron el dato escueto de la captura.

Se habló de oportunidad noticiosa frente a la devaluación de peso, petróleo y bolsa, en trenza simultánea de negatividad. Ya con Joaquín Guzmán capturado, sin sospecha de túneles cercanos, se podría ganar las primeras planas y los horarios de noticias televisadas. Moneda hundida, petróleo regalado y bolsa desvalijada quedaban en la niebla. Se denunció gente armada y el pez gordo estaba sorpresivamente en esa pecera. 

La confianza se ha fugado por muchos túneles sucesivos y su captura sigue siendo un reto vigente. Con el síndrome de palo ensebado, el tiroteo de la opinión pública sigue jalando hacia abajo a un régimen que no alcanza los premios  de la altura.
Las formas se deforman cuando se transforman. Las reformas aparecen frenadas en deformaciones que no aseguran transformación. Las oposiciones y las resistencias, las críticas y las descalificaciones proliferan en el panorama de los acontecimientos y hay demora creciente en los resultados.

Ficción y realidad avanzan como un contrapunto en el pentagrama y se producen estridencias y desafines. Las notas no se acomodan para dar un acorde satisfactorio. Lo no aclarado, lo no informado, lo fácilmente indultado sigue siendo un peso que hace sumergirse la línea de flotación en una navegación hacia esa difusa meta nombrada como “un mejor país”.

En las cabañuelas no climáticas  sino sintomáticas se van encadenando -en enero- los sucesos para indicar el itinerario de pronósticos de este año bisiesto. La supuesta nueva bomba norcoreana de hidrógeno ha puesto un nuevo jaque en el tablero de los temores y las amenazas planetarias.

Las lágrimas de Obama son criticadas porque solo ve la masacre infantil que causan las armas y no la que se da en la medicina falsificada que asesina “legalmente” miles de pequeños antes de nacer.

En el horizonte de febrero se vislumbra la figura blanca de pontifical visitante como una esperanza de lucidez, de sensatez, de autenticidad, de concordia y de paz.  El aguerrido himno nacional tiene, al lado de un ayate transfigurado, una estrofa de epopeya y de idilio, abierta a la trascendencia: “Ciña ¡oh patria! tus sienes de oliva de la paz el arcángel divino,que, en el cielo, tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió”…