ESTIMADA ANA:
 Soy un hombre casado, padre de familia con un trabajo y una posición estable. Desde mi juventud comencé a tomar mucho, al principio por curiosidad, después porque sentía al necesidad de hacerlo.

 Cuando después de varias relaciones informales y nada serias encontré a una buena mujer, le pedí matrimonio y ella aceptó. Fuimos novios durante casi 3 años en los que hubo muchas peleas por mi adicción al alcohol.

 Aún así nos casamos y le prometí que cambiaría, aunque esto nunca pasó. Ahora tenemos 3 hijos y me avergüenzo que no puedo controlar mi carácter debido a esa enfermedad. A veces estoy bien con mis hijos y con mis esposa y  soy demasiado violento, les grito y los regaño casi siempre sin excusa.

 Estoy consciente que necesito ayuda profesional pero no sé cómo comenzar. Mi esposa siempre ha sido muy paciente y comprensiva y su único deseo es ayudarme a salir de este problema pero yo mismo no se lo permito.

 Ya no quiero salir a reuniones porque dejo en vergüenza a mi esposa con comentarios y actitudes fuera de lugar, ya se está volviendo en algo que no puedo controlar, es una situación que se me está saliendo de las manos y no quiero seguir haciéndoles daño ni a ella ni a mis hijos.

 He leído algunos artículos pero en eso queda, solo los leo y ya, no he tenido ningún cambio. Necesito ayuda, muchas gracias por leerme, 

Ernesto Rdz.
 
ESTIMADO ERNESTO:
Un buen avance en la recuperación de un problema de este tipo es precisamente reconocer que éste existe. Ya tu estado de ansiedad, desesperación y enojo está comenzando a afectar tu relación con tus hijos y esposa porque no has sabido controlar tus impulsos afectados por tu grado de alcoholismo.

 Recuerda que aunque no se ha llegado a un tipo de violencia física, igual de grave es la violencia psicológica contra ellos, que tarde o temprano puede llegar a afectar su salud mental que como padre de familia tendrías que ser el encargado de cuidarla.

 El hecho que reconozcas tu problema no justifica un comportamiento violento y menos hacia tus hijos o esposa, pues ellos son los menos responsables de tu adicción al alcohol, para ellos eres su esposo y papá, de quien solo deberían estar recibiendo amor y protección.

 Te recomiendo que pidas ayuda profesional, busca a algún psicólogo, es sencillo encontrarlos en algún centro de salud o alguna clínica de la ciudad; es urgente que te atiendas, por el bien tuyo y por el de quienes te rodean. La ayuda profesional te ayudará a aprender a controlar tus impulsos y esas reacciones que solo están causando daño. 

 No dudes en practicar además algunas técnicas de relajación o meditación y claro, definitivamente complementado con algún tipo de ejercicio que te ayudará a bajar ese nivel de estrés y ansiedad.

 Pedir ayuda es un paso importante y quizá pieza clave en el proceso de inicio de una recuperación. Sin duda el apoyo de tu esposa es pieza clave para que todo el proceso sea un éxito. Ánimo, no pierdas la fe en que vas a salir pronto de este estado de angustia y desesperación en el que estás.
 
ANA