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‘Estoy aburrido’

Este lunes pasado hablé con un joven de 22 años que ha cambiado tres veces de carrera y en este momento, en su segundo semestre, desea nuevamente cambiarla. El semestre pasado de sus siete materias cursadas reprobó las siete. Le pregunté el por qué y me contestó: “No voy a clase y cuando entro en algunas de ellas, tomo lista y me salgo”. Y al preguntarle el motivo de no estar en clases, respondió: “Estoy aburrido”. Me comentó que la primera carrera la eligió porque sus amigos estaban ahí. Y después de tres semestres decidió cambiar de carrera porque los maestros le aburrían. 

Cada vez me enfrento a niños y adolescentes que abandonan sus actividades como el futbol, basquetbol, baile, Tae Kwon Do o teatro porque les aburre. Y en la mayoría de los casos, somos los adultos los responsables. ¿Qué pasa cuando un niño le dice a su mamá: ‘Estoy aburrido’? ¿Cómo reaccionan?. En la mayoría de las veces le damos nuestro celular para que se entretenga. ¿Es malo el aburrimiento? No, pero los padres no quieren que sufran sus hijos ningún tipo de malestar o adversidad. Y los llenamos de comodidades, privilegios y pocas frustraciones. Claro que hay que tener mucho cuidado de no irnos tampoco a un extremo en las actividades extracurriculares con nuestros hijos: No tener expectativas demasiado altas hacia ellos o una exigencia competitiva que no esté de acuerdo a su edad y madurez. 

Recuerdo mi niñez y jamás me quejé con mi madre que estuviera aburrido. Lo que más esperaba en el día era terminar mi tarea y mi mamá me decía: “Ahora vete a jugar”. Todas mis vacaciones me la pasaba jugando solo o con mis amigos del barrio. La palabra aburrimiento no existía en nuestro vocabulario. 

La mayoría que estamos hoy en nuestros 60 años fuimos a una escuela tradicional, teórica, disciplinada y memorística. Nunca nos quejamos de que fuera aburrida, quizás pesada y difícil pero buscábamos los medios para salir adelante. Cuando estaba en la secundaría tuve dificultad con las matemáticas y entre los compañeros nos juntábamos y pedíamos al “cuerda” (inteligente para la materia) que nos explicara. Nos juntábamos los sábados y domingos en alguna casa y nos explicaba. Nuestros padres jamás se enteraron de lo que hacíamos porque sabíamos que era nuestra responsabilidad de salir adelante solos.  

Los padres no quieren ver sufrir a sus hijos y tratan de resolverles todos sus problemas y les justificamos sus debilidades: “Hijito si no te gusta, entonces salte y busca algo que te agrade”. Estamos entrenando a nuestros hijos a ser no resilientes (capacidad de levantarse y seguir adelante ante una caída o fracaso). Si mi hijo me dice estoy aburrido le diré que se ponga a barrer o leer. Gracias al aburrimiento podemos desarrollar nuestra creatividad y buscar mejores caminos en la vida. Dejemos que se aburran y buscarán actividades productivas para pasar el tiempo y no solamente en su recámara pegados al su celular. No tengamos miedo que se enojen con nosotros y recuerden: El objetivo más importante de ser padres, no es que mi hijo me ame sino prepararlo al camino tan díficil que tomará. 

@JesúsAmayaGuerr