Usted está aquí
Este fue el mensaje de Elba Esther Gordillo en su regreso
CIUDAD DE MÉXICO.- Gracias, muchísimas gracias por estar aquí. En verdad es un gusto verlos, es mi primera aparición en público, no es fácil pero es muy estimulante saludar a los medios de comunicación.
Como bien se dijo es un comunicado, no habrá preguntas y respuestas, agradeceré su comprensión por tal situación. Pero obviamente así lo he determinado, y gracias a mis amigos y amigas que me hacen favor de acompañarme, a mi propia familia.
Señoras y señores, amigos todos, aquí tienen la imagen que ha predominado durante más de cinco años con respecto a mi persona, y es producto de una persecución política de acoso e injusticia. Es el producto de un expediente basado en mentiras y acusaciones falsas para hacerme ver culpable de algo que no cometí, soy inocente.
Y muestro a ustedes lo que justifica judicialmente el acuerdo.
Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado, deseo que este momento marque el futuro de mi vida, el de mis anhelos y el de mis esperanzas, la larga etapa de encierro fue también de un duro y profundo aprendizaje, sin duda cambie, cambiamos todos, cambió el país.
La dura prueba a la que fui sometida cambió también y golpeó a mi familia. Sin embargo, no sufrí sola, también sufrieron las maestras y los maestros de México, poseo una firme convicción que en defensa del magisterio nacional y de todos los trabajadores de la educación empeñé lo mejor de mí y no rehuí riesgo alguno, no acepté condiciones indignas, no se ahorraron recursos ni pinta desde una visión mediática para tratarme con una dureza que solo una orquestación perversa podría propiciar.
Es mejor conquistarse así mismo que ganar mis batallas. Hoy esta guerrera está en paz, y las maestras y maestros de México a ellos les ofrezco una disculpa, lamento que hayan sido sometidas a una persecución política y mediática que tenía por objeto hacer sus conquistas laborales, destruirlas y atomizados a su organización sindical.
Lamentó que nos hayan responsabilizado de la compleja situación educativa del país, cuando la mayoría de los maestros hacen lo mejor que pueden con las herramientas insuficientes que el gobierno les da, que prefirió gastar en propaganda que invertir en un programa efectivo que calara a fondo en mejoría de la educación de nuestro pueblo.
Lamento también que algunas actitudes que se le atribuyeron hayan contribuido a que fuéramos un blanco fácil, un chivo expiatorio al que se le culpó de todo, pero que sobre todo lamento que quienes debían defenderlos no lo hicieron y nos traicionaron.
A las maestras y a los maestros de México les pido que en este inicio de clases ponga lo mejor de sí mismos, como siempre lo han hecho. Con la tranquilidad que sus preocupaciones hoy deberán ser fielmente defendidas, que sus derechos los defenderemos con puntualidad, que la dignidad del magisterio se volverá a valorar.
El mundo y nuestro país están inmersos en una profunda transformación y hemos recibido una transacción ciudadana, lo que viene debe plantearse con cuidado, sin obsesiones y sin odios, sin rencores del pasado en el futuro; trabajando siempre por el bien de la patria. El pueblo y todos debemos estar a la lectura de esta nueva etapa de la historia de México.
La educación que hoy tenemos no responde al tiempo que hoy vivimos, nuevas voces, nuevas corrientes de pensamiento y una nueva sociedad nos obligan también a cambios profundos, cambios que debemos encabezar los maestros y las maestras de México, como siempre lo hemos hecho con claridad de miras y con el corazón abierto.
La educación laica, pública, gratuita, nacional ha sido nuestra razón de ser, vayamos por su excelencia. Vamos maestras y maestros por la excelencia de la educación pública, laica y gratuita. La educación superior a la que siempre hemos estado.
Sería injusto no reconocer que hubo importantes logros y muchos de ellos en nuestra historia reciente se vieron opacados por decisiones equívocas, tomadas en los de un modelo y no como debería ser, como la necesaria consecuencia de la lucha de un pueblo.
Aprovechar estos logros es alcanzar nuestra alta responsabilidad, sin descuidar los aspectos sociales que también son parte fundamental de nuestro compromiso.
El sindicato nacional de trabajadores de la educación ha vivido una larga y compleja historia, pero nunca, nunca antes se había enfrentado a la autodestrucción, como resultado de la abyección. En cada rincón de México, en cada escuela pública se percibe la crisis sindical, se exige un sindicato fuerte y unido…