Usted está aquí
Este destilado llegó para quedarse
En todos lados está. Como si fueran trofeos, los mejores bares y restaurantes de la ciudad presumen la diversidad y sofisticación de las botellas que los contienen. En las tiendas de licores, sus empaques capturan la atención por sus elegantes y vanguardistas diseños. El tequila cristalino llegó para quedarse. Esta es la historia de cómo el destilado transparente le dio un nuevo aire a la industria tequilera y por qué día con día gana más adeptos.
Tiene cuatro características que marcan diferencia respecto a los demás: suavidad, transparencia, innovación y sofisticación. El cristalino se hace a partir de tequilas blancos, reposados, añejos y extra añejos. Después de que cada categoría cumple con su proceso de añejamiento en barrica, se elaboran las mezclas que cada marca considere conveniente y el nuevo líquido pasa por un doble proceso de filtrado, por placas de celulosa y carbón activado.
“El doble filtrado elimina toda la coloración adquirida durante el reposo. De esta forma se obtiene un líquido transparente, pero con algunos aromas producidos durante el añejamiento”, se documenta en el Larousse del Tequila.
La primera marca que se atrevió a innovar en 2010 fue Casa Cuervo, la cual lanzó a la venta Maestro Dobel Diamante, un licor producido en pequeños lotes y que nace de la mezcla de tequilas añejos y reposados. Después vinieron Don Julio 70 y 1800 Cristalino, que ayudaron a afianzar su dominio.
“El sabor es equilibrado, fino y más suave, por ello mucha gente que habitualmente no consumía tequila elige los cristalinos, el consumidor busca siempre una mejor experiencia”, asegura Rodrigo Chávez, embajador de marca de José Cuervo.
Otro factor que propició su fortalecimiento fue la tendencia a nivel internacional de preferir white spirits, destilados transparentes como la ginebra, el vodka, el pisco, el mezcal y, por supuesto, el tequila.
“La percepción del consumidor es que son más puros. Es una moda que la industria tequilera capitalizó, tan sólo en México el mercado de cristalinos crece 46 por ciento al año, de acuerdo a cifras de Nielsen e ISCAM (Información Sistematizada de Canales y Mercados)”, agrega Chávez.
Muestra del interés por los cristalinos es el viraje de marcas no tequileras para impactar en ese mercado cautivo, como Volcán de mi Tierra, que inició su camino el año pasado. Tiene dos opciones: tequila blanco y tequila cristalino, ambas elaboradas con agaves que crecen en las cercanías al volcán de Tequila. La empresa es el resultado de la alianza entre la Familia Gallardo y Moët Hennessy.
Adriana Baca, gerente de Desarrollo de Negocios de la marca comparte que la tendencia del mercado les empujó a buscar la satisfacción de los paladares más exigentes, y que a diferencia de los demás cristalinos el de ellos es de color paja. Se hace de la mezcla de tequila añejo y extra añejo, que al terminar su envejecimiento pasan por su proceso de filtrado por separado.
“Una vez que los dos están cristalizados, el extra añejo se guarda por 15 días más en barricas de coñac y el añejo en barricas de whisky, ello les aporta sedosidad y favorece la concentración de sabores, después se hace el blend y otra vez se dejan reposar por 15 días más antes de envasarse”, detalla.
Otro punto que contribuye a su posicionamiento es su promoción como un producto de lujo que necesita de un factor: tiempo. El proceso de envejecimiento mínimo para los cristalinos que contienen extra añejo es de tres años, aunque la mayoría de las marcas llega a los cinco años.
Desde 2010 a la fecha han surgido más de 30 marcas de cristalinos, si antes las propuestas estaban dirigidas al mercado del lujo -ya conquistado-, ahora el enfoque es para cautivar los paladares centennials, y que los adopten como su destilado favorito para disfrutar en los días de fiesta. El reto es ofrecer cristalinos que no rebasen la barrera de los 500 pesos para que sean más accesibles.
A ese mercado apuestan los más recientes lanzamientos de Cuervo y Cazadores. El primero, José Cuervo Tradicional Cristalino, es un ensamble de tequila reposado y extra añejo; el segundo es un tequila añejo convertido en cristalino.
Por estas razones, la bebida de la temporada decembrina apunta a un liquido cristalino con sabor a agave.