El próximo viernes 20 de septiembre, el Inegi dará conocer la información de oferta y demanda global de bienes y servicios correspondiente al segundo trimestre del año. Esta información no es otra cosa, más que el comportamiento del PIB desde el lado de la demanda.

Las cifras permitirán visualizar cuales de los cuatro componentes del PIB, son los que han repercutido más en la situación de estancamiento que atraviesa la economía mexicana.

De igual forma le permitirá a la Junta de Gobierno del Banco de México, el poder contar con elementos más sólidos de cara a la próxima reunión de política monetaria que habrá de celebrarse el 26 de septiembre, respecto a la cual existe un amplio debate en el mercado sobre la decisión en materia de tasas de interés que tomará el banco central.

De tal manera que la información del Inegi, en lo referente al PIB, seguramente confirmará lo que ya se sabe, a través del flujo de indicadores que durante los últimos meses han dado cuenta de las condiciones en que se encuentra la actividad económica nacional.

Por una parte, el consumo privado con una clara tendencia a la baja. Así lo han venido mostrando en meses recientes el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior, la Confianza del Consumidor y desde luego el colapso que ha sufrido la generación de nuevos empleos ante el IMSS. Si bien es cierto que ha sido en los últimos meses donde se ha visto más fuerte esta tendencia, lo que deberá reflejarse hasta el reporte del tercer trimestre, ya desde el período abril-comenzaron a notarse estas señales.

En lo que respecta al tema del gasto de inversión, la verdad no hay nada más que añadirle a la dramática novela que hemos observado en los meses recientes con reiteradas caídas, a través del indicador de la Inversión Fija Bruta. Sea por la incertidumbre que pesa en los empresarios por factores tanto internos o externos, la realidad es que mientras este indicador no repunte, estaríamos condenando a la economía del país a un crecimiento mediocre en el mejor de los casos.

En el tema del gasto público se vive la misma suerte que en la parte de la inversión. Entre las restricciones presupuestales, la malentendida austeridad que pregona la actual administración y la incompetencia gubernamental para la identificación y la implementación de gastos detonantes de la actividad económica, este rubro es otro de los motores que se empiezan a apagar.

Por último, el sector externo, parece ser el único de los cuatro motores que sostienen la economía que rendirá buenas cuentas en el informe del Inegi y que todavía lo sigue haciendo en los que llevamos del tercer trimestre. Aunque no con la fortaleza que venían mostrando el año anterior, las exportaciones han mostrado una resistencia y vigorosidad, que parecen inmunes a los desaciertos y tropezones de política económica interna… por ahora.

Guillermo E. Garza De La Fuente

Economista y Catedrático de la Universidad La Salle Saltillo