El obispo Hilario González García celebró sus 56 años de vida trabajando en compañía de integrantes de la Diócesis de Saltillo, a quienes llamó su familia, agradeció a su Dios el don de la vida y le pidió ayuda para ponerlo al servicio de los demás.

“Lo he pasado ahorita en la Santa Cruz, con confirmación y una pequeña convivencia, ahorita con los jóvenes que me han estado esperando, cosa que agradezco y, pues, trabajando, así es este día”, expresó monseñor González García.

El sacerdote fue recibido por integrantes de la Pastoral Juvenil en la Casa Guerrero, ubicada en el Centro de la ciudad, donde le cantaron “Las Mañanitas”, le entregaron un regalo y realizaron un festejo.

“Esta es mi familia, la Diócesis de Saltillo”, expresó el obispo en entrevista con medios de comunicación.

UN AMBIENTE FESTIVO

Rodeado de jóvenes que entonaron una porra en su honor y con el  número 56 y los colores del equipo Rayados de Monterrey de fondo; el Obispo resaltó que para él un año más significa una bendición más y una oportunidad para servir.

Recordó que la tradición de su familia era que el pastel de cumpleaños era preparado por la abuela y se consideraba el mejor regalo, por eso “en nuestra casa no hay mordida”.

“Le pido a Dios que nos siga bendiciendo a todos, le doy gracias por el don de la vida y le pido que me ayude a ponerlo al servicio de todos, especialmente aquí en Saltillo”, comentó.