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España prestará a Perú las 136 láminas coloniales que se quedó tras una puja
España prestará indefinidamente a Perú las 136 láminas del denominado Codex Trujillo, pero mantendrá la propiedad de las mismas. La fórmula para resolver el contencioso que enfrentaba a los dos países por la propiedad de un lote de acuarelas del siglo XVIII que documentan la vida cotidiana y civilización precolombina en Perú se la ha adelantado esta mañana el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, al presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, durante la entrevista que ambos han mantenido en La Moncloa. Y la ha hecho pública el canciller peruano, Ricardo Luna, en el foro El Perú del futuro, organizado por El PAÍS.
El conflicto, que amenazaba con envenenar unas relaciones consideradas excelentes por ambos países, surgió con la subasta el pasado miércoles en Madrid de 136 acuarelas encargadas por el entonces obispo de Trujillo (Perú), Martínez Compañón, a artistas anónimos entre 1782 y 1785. El Museo de Arte de Lima se hizo con el lote por 45.000 euros, pero el Ministerio de Cultura ejerció su derecho de tanteo y retuvo las acuarelas, en aplicación de la ley de Patrimonio de 1985. Más de 50 expertos e intelectuales latinoamericanos suscribieron una carta pidiendo al Gobierno español que revise su política de declarar no exportables bienes que pertenecen al patrimonio común del continente. Entre las firmas, se encuentra la de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura.
Luna se ha mostrado satisfecho con la oferta de Rajoy, que ha agradecido, y ha subrayado que el Códice de Trujillo es “un documento fundacional de la identidad nacional peruana”. Tras reconocer que la ley española prohíbe la exportación de su patrimonio cultural, se ha mostrado partidario de que la próxima cumbre iberoamericana, prevista para 2018 en Antigua (Guatemala), aborde la creación de un patrimonio iberoamericano, del que formarían parte bienes que forman parte del acervo común de los países que integran dicha comunidad, como las disputadas láminas.
El secretario de Estado para Iberoamérica, Fernando García Casas, se ha mostrado partidario de que en casos como el del Códice de Trujillo, entre países que pertenecen a una misma comunidad, se busquen “fórmulas imaginativas” que den satisfacción a todas las partes.
De esta manera, el Gobierno de Rajoy rectifica sus planes ante la polémica generada en Perú. El pasado viernes, el Ministerio de Cultura español señaló a EL PAÍS que "ante el interés manifiesto en Perú por esta obra de arte, estaba dispuesto a "regalar una copia facsímil y la digitalización del Codex de Trujillo al Gobierno peruano". La colección casi completa de acuarelas se conserva en la Biblioteca Real del Palacio Real de Madrid.
16 días antes de la puja, la sala de subastas tuvo conocimiento de que el Ministerio de Cultura había declarado la obra inexportable por su elevado valor patrimonial y, por tanto, no puede salir de España, según señaló a este periódico el propio departamento. Al principio y al final de la puja, se dijo que la obra era inexportable.
El Ministerio de Cultura peruano, por su parte, manifestó el viernes a EL PAÍS que “respalda el esfuerzo del Museo de Arte de Lima, así como las gestiones del Estado peruano, para que el llamado Codex Trujillo, obra de altísimo valor artístico y documento fundacional de la identidad del Perú regrese a este país”. Se subastaron 136 de ellas de un total de 1.400.
Numerosos expertos y museógrafos latinoamericanos han suscrito una carta pidiendo al Gobierno español que revise su política de declarar no exportables los bienes que forman parte del legado cultural de este continente. “Consideramos que la decisión vulnera los derechos del museo y del país de conservar objetos relacionados con su historia para legarlos a generaciones futuras y forjar una historia colectiva”, sostienen. Los promotores del pronunciamiento dirigido al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, y al de Educación, Cultura y Deportes de España, están recabando adhesiones en Change.org desde el pasado viernes.
El Ministerio de Cultura español tenía intención de exhibir las láminas en el Museo de América, emplazado en Madrid. Muchas de ellas representan objetos que el propio museo también exhibe y que ahora pretende mostrar de manera conjunta. El Codex de Trujillo y esas piezas llegaron a España a finales del siglo XVIII.