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Escándalo de corrupción amenaza al tenis
Un presunto megaescándalo de corrupción, con supuesto arreglo de partidos por parte de algunos de los mejores jugadores de la última década incluido, amenaza con romper la paz en el tenis.
Varios jugadores que ganaron títulos de Grand Slam en la última década, tanto en individuales como en dobles, están bajo sospecha de haber arreglado encuentros en el circuito masculino, según revelaron en la noche europea del domingo la cadena británica BBC y la página web Buzzfeed tras una investigación conjunta.
El deporte vive tiempos turbulentos. Después del ciclismo, el fútbol y el atletismo, ahora puede tocarle al tenis. El deporte de la raqueta, que alcanzó fama y gloria de la mano de elegantes "gentlemen" hace un siglo, amaneció hoy aturdido en Australia, donde la primera jornada del Grand Slam pasó a un segundo plano.
Según los medios señalados, 16 jugadores que estuvieron en el "top 50" en la última década son sospechosos de haber perdido encuentros a propósito y más de la mitad de ellos disputarán el Abierto de Australia 2016.
"Campeones de torneos de Grand Slam, en singles y dobles, forman parte del grupo central de 16 jugadores que, en repetidas ocasiones, fueron señalados por haber perdido partidos cuando había apuestas altamente sospechosas en su contra", aseguró Buzzfeed. BBC habla de "ganadores de Grand Slam", pero no especifica en qué categorías.
La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), el órgano que rige el tenis masculino, convocó a la prensa de urgencia en el Melbourne Park para defender a los deportistas que representa.
"La Unidad de Integridad y las autoridades del tenis rechazamos absolutamente cualquier indicio de que no se haya investigado adecuadamente alguna evidencia sobre arreglo de partidos", señaló el presidente de la ATP, Chris Kermode.
El suizo Roger Federer, campeón de 17 Grand Slam, criticó a BBC y Buzzfeed por no poner pruebas ni nombres. "Quiero escuchar nombres, o al menos algo concreto sobre lo que poder debatir".
El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, recordó por su parte que en 2007 intentaron sobornarlo para que perdiera, al parecer con 200,000 dólares. "Por supuesto que lo rechazamos", dijo. "Desafortunadamente, en aquellos tiempos había rumores y la gente hablaba. En los últimos seis o siete años no volví a escuchar algo similar".
Si lo que publica BBC y Buzzfeed es cierto, el tenis estaría ante uno de los mayores escándalos de su historia. En la última década sólo hubo siete tenistas que ganaron torneos de Grand Slam, tres de ellos auténticas leyendas, Federer, Djokovic y el español Rafael Nadal. Los otros son el suizo Stanislas Wawrinka, el británico Andy Murray, el argentino Juan Martín del Potro y el croata Marin Cilic.
BBC y Buzzfeed, sin embargo, no nombran a ninguno de los tenistas bajo sospecha y basan sus aseveraciones en documentos clasificados. "Hemos decidido no nombrar a los jugadores porque, sin acceso a su teléfono, cuentas bancarias o documentos de sus ordenadores no es posible determinar si los jugadores actuaron de forma personal en el arreglo de partidos", señalan ambos medios.
"A pesar de eso, la Unidad de Integridad del Tenis tiene la potestad de demandar todas las evidencias a cualquier tenista profesional".
La Unidad de Integridad del Tenis es un organismo independiente con potestad para investigar y sancionar que fue creado en 2008 después de que la Federación Internacional de Tenis (ITF), la ATP y la WTA (el circuito femenino) llegaran a un acuerdo para combatir la corrupción.
Desde entonces, el organismo recibió más de 14 millones de dólares para llevar a cabo sus pesquisas y sancionó a 18 jugadores, seis de ellos de por vida. Una de las primeras medidas que tomó fue la de prohibir ordenadores portátiles en las tribunas de los torneos para impedir que desde allí se canalizara la información a las mafias de apostadores. Pero pronto surgió un nuevo problema, los "smartphones".
En las revelaciones de BBC y Buzzfeed no se habla de un número determinado de partidos sospechosos de haber sido amañados, pero ambos medios aseguran que algunos de los encuentros fueron en Wimbledon y Roland Garros, dos de los cuatro Grand Slam.
BBC y Buzzfeed aseguran que recibieron información filtrada por jugadores, dirigentes de los organismos del tenis y de expertos en arreglo de encuentros que prefirieron mantener el anonimato. Además, añaden, un jugador del "top 50" que disputará el Abierto de Australia está bajo sospecha de perder repetidamente el primer set.
"Los jugadores son abordados en habitaciones de hoteles durante los grandes torneos y los apostadores ofrecen 50.000 dólares o más por amañar encuentros", relató Buzzfeed, que asegura que detrás de todo están las mafias rusa, siciliana y otra del norte de Italia.
Los medios tuvieron acceso a nueve listas de tenistas sospechosos de haber arreglado partidos en la última década. En total, hay más de 70 nombres.
La ATP lanzó una investigación después de que un partido entre el ruso Nikolay Davydenko y el argentino Martín Vassallo Argüello por la segunda ronda del torneo de Sopot 2007, en Polonia, hiciera saltar las alarmas. Antes y durante el duelo hubo un flujo de apuestas inusual en contra de Davydenko, entonces número cuatro del mundo.
El ruso se llevó el primer set, pero perdió el segundo y se retiró en el tercero cuando caía por 2-6, 6-3 y 2-1. Ambos jugadores negaron siempre haber arreglado el partido, que movió cerca de siete millones de dólares, y no fueron sancionados porque la ATP no encontró suficientes pruebas.
Las nuevas revelaciones llegan en un momento muy delicado para el deporte, sacudido en los últimos tiempos por numerosos escándalos de corrupción. El fútbol y el atletismo viven actualmente una profunda crisis y muchos de sus dirigentes y ex dirigentes están siendo investigados por corrupción. Antes, fue el ciclismo el deporte que estuvo en el ojo del huracán por el caso de doping en torno a Lance Armstrong.
"Todo el deporte, no sólo el tenis, está en una situación de riesgo ante la corrupción. Por eso se creó en 2008 la Unidad de Integridad", señaló Kermode en Australia.