Es un escaño inutilizado, pero también un insulto al votante

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Es un escaño inutilizado, pero también un insulto al votante

Diecinueve y contando. El legislador por Coahuila, Braulio Fernández Aguirre, faltó el pasado jueves por decimonovena vez consecutiva a sesión en la Cámara de Senadores

¿Por qué a nadie preocupa ni ocupa el fenómeno?

Me explico. Desde agosto 31 que inició el Primer Periodo Ordinario, a la fecha, Braulio sólo ha ido a siete de 32 convocatorias a sesión. Al 21% del total. Y el asunto no es menor: hasta hoy acumula 66 días en fila sin presentarse al recinto parlamentario.

Se publicó aquí hace un mes: “el Reglamento del Senado de la República señala en el artículo 62 que las inasistencias por causa de enfermedad se justifican hasta por un máximo de 10 sesiones consecutivas” (VANGUARDIA, 15/11/15). Después de la cifra, por tanto, vienen las sanciones. Es decir, la situación actual de Braulio encaja perfectamente con el supuesto jurídico sin embargo no pasa nada. Las leyes no se aplican, como en tantas otras ocasiones, si no hay voluntad política.
En este caso nadie con jurisdicción en el tema se pronuncia.

¿Le interesa a Hilda Flores, a Silvia Garza o a Luis Fernando Salazar, los otros tres senadores por Coahuila, que la silla de Braulio sea ocupada por un suplente (Tereso Medina) que, como ellos, tiene aspiraciones políticas a la gubernatura?

Evidentemente no porque significa competencia. Mejor para ellos que sólo existan tres aspirantes y un eterno convaleciente que cuatro en La Casona de Xicoténcatl. Mezquinos intereses convergen para que no sea ocupado ese escaño. Un acuerdo tácito.

Ahora bien, ¿en Torreón y San Pedro de las Colonias, el círculo de presunta influencia de Braulio, a nadie le importa que no ejerza ni deje vacante su puesto?

Pareciera que no. Ni en el resto de Coahuila pese a que hubo 412 mil 155 ciudadanos que votaron en 2012 por la fórmula que él encabezó, y el partido que lo postuló.

¿Entonces para qué se organizan elecciones?, ¿para qué sirve el voto?

No es una cuestión insignificante. Al contrario: estamos ante un atentado al sistema electoral. Un insultante juego de la silla. 

Representa un desprecio absoluto por la participación ciudadana. Reta los tratados de Montesquieu sobre “el espíritu de las leyes”, obra en la cual descansa el sistema político occidental, y expone la fragilidad del “contrato social” de Rousseau.

Pregúntese usted mismo quiénes gobiernan, en qué símbolos depositan su autoridad, qué los legitima porque desde octubre 8 para el Estado legisla un fantasma, un holograma. En la semana que hoy concluye, por ejemplo, el voto de los senadores designó a los tres magistrados electorales de Coahuila. 

Un asunto cardinal para la vida democrática de la entidad en los próximos siete años. Y a Braulio le pasó de noche; como tantos otros.

Eso sí, ha cobrado religiosamente su dieta de 117 mil 500 pesos mensuales, sin descuentos ni retrasos, y ha ‘disfrutado’ de su seguro de gastos médicos mayores.

Pero aquí viene lo interesante: no es la única fuente de recursos públicos que se lleva.
A razón de 54 facturas cobradas en 2015 por diferentes montos, hasta  el mes de agosto había recibido 586 mil 902 pesos del Ejecutivo de Coahuila por concepto de “transmisión de publicidad en radio”, “y otros servicios que se requieran a petición de Gobierno del Estado”. El 1 de enero, el 1 de abril y el 1 de julio de 2015 la Unidad de Comunicación Social firmó sendos contratos con Braulio como representante de la estación XHMP FM EXA 95.9.

La misma Unidad de Comunicación Social asegura en el oficio UCS/DGV/166/2015 que “no existe registrado pago alguno a ese proveedor durante los años 2012, 2013 y 2014”. Supongamos que así sucedió realmente. ¿No le resulta curioso que justo ahora le compren espacios publicitarios?
¿A cambio de qué?

Cortita y al pie

Por lo demás, ha de ser difícil justificar con documentos esas inasistencias y comisiones oficiales de Braulio pues, luego de 30 días de plazo y nueve solicitudes de información interpuestas por quien esto escribe al Senado de la República, pidieron una prórroga por 30 días más ya que “no han concluido las gestiones necesarias para dar respuesta” a mi requerimiento.

La última y nos vamos

Salvo el de Hugo Chávez en Venezuela, no recuerdo un caso contemporáneo donde un servidor público impedido físicamente se ausente largas temporadas de su labor y nada suceda. Quizá los magistrados Froto y Berchelmann, del Poder Judicial de Coahuila, pero nadie más.
Mientras tanto sigue la cuenta.  Y sigue la burla.
                                          
@luiscarlosplata