Es tiempo de atender a la familia
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Es tiempo de atender a la familia
La familia está inmersa en una transición de la cultura conocida de la “familia extensa”, a la cultura desconocida de la “familia nuclear”; del concepto de “familia tradicional”, con sus normas ritos y costumbres, a la propuesta de “familia moderna” que busca sus nuevas normas y resultados.
Esta transición es origen de nuevos y numerosos problemas a los que tienen que hacer frente cada día los padres, los hijos, los nietos y los abuelos para enumerar a los más cercanos del núcleo familiar. Son problemas muy graves, desde los geográficos generados por las distancias, el transporte, las casas diseñadas para cuatro personas, los económicos de minisalarios y desempleos, el costo de la vida, la seguridad presente y futura, hasta los humano-educativos que inciden gravemente en la salud mental y física, en los procesos de maduración humana y adaptación social de los hijos, y en su formación para enfrentar los retos de una vida social que está en constante cambio de criterios de convivencia.
Hace 50 años la vida familiar trataba de ajustarse a un “deber ser” muy específico. Los roles de padre-madre, esposo-esposa e hijos estaban claramente definidos y aceptados por todos. La sociedad creía que el ideal de la familia era una realidad en cada hogar. No había incertidumbre acerca de qué era lo necesario, lo bueno y lo adecuado para el bienestar y el éxito personal.
Sin embargo, las ciencias sociales empezaron a publicar sus investigaciones. “Los hijos de Sánchez”, de Oscar Lewis, provocaron una conmoción con su detallada descripción de la angustiante realidad familiar en un barrio de México muy diferente a la divertida fantasía de la “familia Burrón”. Luis Leñero publicó otra investigación en “Familia Disfuncional”. Un libro que reveló la realidad dolorosa de la familia mexicana,que estaba muy lejos de “funcionar” para el desarrollo y la madurez. Denunció un problema que está todavía en la raíz de los problemas sociales, educativos, económicos y políticos que padecemos.
La conciencia de la problemática familiar hizo que un grupo de matrimonios católicos coordinados por José Álvarez Icaza crearan el “Movimiento Familiar Cristiano”. Un programa católico dedicado a informar y formar a los matrimonios en sus tareas familiares y conyugales. Aquí en Saltillo, Alfredo y Guillermina Villarreal lo promovieron con una dedicación y un gran sentido de responsabilidad social. Desde estas líneas quiero agradecer su esfuerzo desinteresado porque el beneficio para las familias saltillenses ha sido incalculable
En el campo internacional de la salud mental nació la teoría y técnica de la “Terapia Familiar”. Un tratamiento específico para la atención de los desórdenes mentales que nacen o se mantienen mediante las relaciones disfuncionales que enferman a los miembros de la familia.
Hoy predomina en la jornada de cada familia una incertidumbre al tener que “hacer camino al andar” sin el “mapa” de antes. Los padres aprende a base de “ensayo y error”. Urgen políticas públicas de salud y educación para que los padres de familia aprendan a conservar y/o rescatar la salud mental y el bienestar de la familia. Es tiempo de dejar atrás el mito de la familia feliz y atender efectivamente con la educación y la clínica, la realidad tan compleja y tan trascendente de la familia mexicana.